Alicia en Frikiland

Por Fabián D´Amico

La Parka el musical fue uno de los primeros musicales de culto de nuestro país, donde cientos de fanáticos asistían a su representaciones lookeados como los personajes de la pieza, seguían los diálogos y cantaban las melodías a viva voz. Con un lenguaje y estética personal,La parka marcó el inicio de una nueva manera de “contar” una historia desde la música y el baile. El mismo equipo creativo es el responsable de llevar a escena una versión “freak” de Alicia en el país de las maravillas, clásico de Lewis Carroll. Lo freak está vinculado con lo raro, lo extraño, algo que no encuadra dentro de los cánones normales y tanto la propuesta como la protagonista de esta obra encajan dentro de esta acepción del término.

Alicia es una singular adolescente. Considerada la “rara” dentro del grupo de compañeros de escuela, habla solo con un chico, del cual está enamorada. Escapando de una realidad que le es ajena, Alicia se encierra en un escondite al que solo ella y Simón, su enamorado, tienen acceso. Deja a “Sucio”, oso de peluche y amigo inseparable, sobre un inodoro y este desaparece. En un intento de recuperarlo la chica cae dentro del inodoro y es transportada a una dimensión desconocida. A diferencia de La parka donde el protagonista traspasaba el límite entre la vida y la muerte, Alicia pasa del mundo de la realidad al de la fantasía más “freak”. La búsqueda de su peluche la lleva a realizar una travesía en un singular lugar donde se relaciona con un par de mellizos, una oruga, un gato, un sombrerero, una liebre, un conejo y por último una despótica reina de corazones con quienes confronta sobre la vida, la realidad, los sueños y el futuro.

Con la elección de una estructura tradicional de comedia musical y un estilo propio que caracteriza a la compañía, Alicia en Frikiland muestra una plausible madurez creativa de todo el equipo. Bellas canciones como hace tiempo no se escuchan en la comedia musical vernácula, dinámica coreografía, una puesta en escena que nada tiene que envidiarle a producciones del circuito comercial, jóvenes y talentosos protagonistas y una dirección precisa de Diego Corán Oria, son algunos de los tantos elogios que pueden hacerse a esta propuesta.

Las actuaciones merecen mención destacada. Maricel Percossi como Alicia es la sorpresa de la obra. Fresca y espontanea pero con un dominio corporal preciso que denota su formación como bailarina, se destaca y sobresale en todos los lenguajes. Un nombre que seguramente veremos pronto en el circuito comercial permitiendo que el gran público goce de su talento. Junto a ella, Ángel Hernández y Esteban Masturini se llevan las palmas en lo vocal y Pablo Sultani derrocha histrionismo. Los talentosos Roberto Peloni y Facundo Rubiño, como El sombrerero y la Friki Liebre, están desfasados de energía y su cuadro, uno de los fundamentales dentro de la trama, está plagado de gritos y corridas innecesarias, tornándolo uno de los más débiles de la puesta.

Si algunos rubros tienen desajustes propios de una propuesta del circuito alternativo (fallas importantes en la ecualización del sonido y falta de una adecuada dirección coral que impide entender las canciones grupales), la dificultad mayor que se presenta al analizar Alicia en Frilikand sea la de encuadrarla dentro de un género.
Si bien la previsibilidad es la característica de todo género y el estilo es la particularidad en la manera de plasmarlo, en Alicia solo está presente el estilo peculiar de las producciones de Random y el género es difícil de determinar. Basada en un clásico de la literatura infantil, Alicia en Frikiland no es un espectáculo infantil y muchos de los momentos más reideros de la pieza los chicos y el público en general, no llegarán a entenderlos. Situación provocada por el exceso de citas, guiños y referencias a trabajos anteriores de los protagonistas de la obra, que solo lo disfrutarán plenamente los asiduos a los musicales.

Pese a los reparos mencionados, Alicia en Frikiland es una propuesta interesante del nuevo teatro musical argentino, recomendable para un público joven que sea adepto a los musicales, y quizás una oportunidad para que quienes quieran entrar en ese mundo apasionante, lo hagan con un producto de alto nivel creativo y lenguaje innovador.