Cirtango

Por Fabián D´Amico

Marcela Paoli y Patricia Browne en el Moliere.

Dos mujeres, dos leonas, dos físicos impactantes, dos talentos del musical argentino, dos vedettes en potencia, dos voces particulares, dos estilos diferentes para un mismo espectáculo, dos personas entregadas en cuerpo, alma y voz al dos por cuatro. Marcela Paoli y Patricia Browne vienen, desde el comienzo del verano porteño, derritiendo el escenario del Teatro Moliere, y dándole a un barrio tan particular, como lo es San Telmo (tanguero por excelencia) una visón más que particular de la música ciudadana.

Definir o encuadrar a CIRTANGO dentro de un estilo teatral es una tarea más que difícil. No es un musical, ya que no tiene un argumento o una historia particular. No es un recital, ya que sobre el escenario se vivencian diferentes historias. No es el típico espectáculo tanguero “for export” donde elaboradas y acrobáticas coreografías desconciertan a los que buscan el sentido del verdadero tango. No es un music-hall, ni un espectáculo de cabaret. Pero a la vez, es una mezcla de todos estos estilos.

El primer acierto del show es el título, ya que es un verdadero “circo”, una mezcla de números, monólogos, bailes, canciones, música, en donde la base es el tango, enfocado desde sus diversas disciplinas y vertientes. El tango reo y a la vez cómico, escrito para las grandes revistas nacionales estrenadas en los años ‘30, y estrenados por Sofía Bozán, Azucena Maizani, o Tita Merelo, se mezclan con los tangos vanguardistas de Piazzolla o los de Eladia Blázquez. El tango - danza tradicional se enlaza con piezas solistas bailadas por las protagonistas de manera sensual y erótica.

Sobre un escenario despojado, un pianista, un contrabajista y un bandoneonísta (y a su vez, bailarín partener de las protagonistas), forman el marco exacto, para que Paoli y Browne, canten, mejor dicho, interpreten (que es lo que realmente hacen) tangos con un sello y una cadencia propia de sus estilos personales y diferentes.
Paoli, con una voz pequeña, pero potente y dramática, tiene la presencia y particularidad de las viejas cantantes de cabaret. Voz ronca, profunda, es la ideal para recrear los temas piazolianos y darle una fuerza escénica adecuada a temas como “Prostibulario” o “Fuimos”, en los cuales brilla, no solo como cantante, sino como actriz.

Patricia Browne se destaca en los clásicos, pero tamizados a través de su fraseo, y en especial en el manejo de su cuerpo y en el lucimiento de sus esculturales piernas, gracias a un lujoso vestuario, destacándose en “Yo soy María” y “Pasional”.

Ambas, juntas o por separado, en el canto o en el baile, desde un minimalismo visual, con pocos recursos de utilería, lujosamente ataviadas, un correcto acompañamiento musical, y un derroche de erotismo y de fino exhibicionismo corporal, le dan nueva vida al tango.

CIRTANGO es un show de alto nivel creativo, acercándoles a los espectadores, una mirada fresca y por momentos burlona, del tradicional dos por cuatro, que permite quitarle el almidón y el olor a naftalina que acompañan a los shows de tango desde siempre y que en contadas ocasiones han podido y sabido desprenderse de ese folklore. Mérito, que se basa en la trayectoria de las intérpretes y directoras de Cirtango, como cantantes – bailarinas de los mejores musicales estrenados en Argentina.