Delfina Oliver: experiencia, desafío y vitalidad musical

Por Paola Rompato

Entrevista a Delfina Oliver, a raíz del lanzamiento de su CD de Jazz MIRADA.

La producción fotográfica es de Estudio Bottazzini - Scherbacoff

Luego de un intenso recorrido artístico, que se inicia a los tres años de edad con los estudios de piano en el conservatorio de las tías-abuelas (el famoso Thibaud-Piazzini), para pasar más tarde por la comedia musical y abordar posteriormente el jazz como género propio, la cantante Delfina Oliver presenta MIRADA, su primer disco solista. Dueña de un atractivo timbre de voz y poseedora de gran agudeza profesional se ha sabido rodear de un verdadero seleccionado de músicos nacionales, con los que conforma un septeto lleno de vitalidad musical.
Enrique Norris en corneta, Rodrigo Domínguez en saxo, Francisco Lo Vuolo en piano, Juan Pablo Arredondo en guitarra, Carto Brandan en batería y Mariano Otero en contrabajo y arreglos son los seis caballeros que se unen a esta dama para presentar con mucha energía y renovadas expectativas un nuevo trabajo musical, meritorio del más exquisito ambiente jazzero, que hasta fin de mes se podrá escuchar en vivo en Notorious –el 29 de septiembre es la última fecha-. Luego, será cuestión de abalanzarse sobre las disquerías y atrapar esa intensa MIRADA, que hoy Delfina nos presenta desde esta amena charla.

MUNDO TEATRAL: ¿Cuál es tu trayectoria artística antes de llegar a la grabación de MIRADA?

DELFINA OLIVER: Qué gracioso! Me preguntan eso y es como que no tengo registro de qué hice antes!!!!

Evidentemente Delfina está en pleno proceso del bebé recién nacido… del bebé buscado, deseado, soñado, añorado… Pues MIRADA significó un intenso año de trabajo para la cantante, que hoy la hace disfrutar plenamente del logro de haber encontrado su propio espacio dentro de la música.

DELFINA OLIVER: Bueno, pero igualmente puedo hablarte de mi carrera, no me olvidé todo!!! (risas). Gran parte de mi trayectoria es en comedia musical, haciendo muchos shows como Brodway, The Rocky Horror show, Grease… es decir musicales de derechos foráneos.
Pero mi primera obra la hice en una sala del Complejo La Plaza. No era una comedia musical, sino que era una obra de teatro con música. Se llamaba “De felicidad también se muere”, escrita por José Abadi y dirigida por Rubens Correa. Era un elenco chiquito, yo hacía de una cantante. Y eso fue lo primero que hice… fue en el año 94, hace once años!
Y a partir de ahí empecé a audicionar para comedia musical. Me iba muy bien!!!! y empecé también a actuar en shows tanto en teatro como en eventos.

M.T.: Bien, entonces luego de esta trayectoria en comedia musical o en teatro con música, ¿cómo es que llegás a MIRADA, tu disco de jazz?
D.O.: Desde que estaba estudiando yo siempre decía que era cantante de jazz, porque siempre lo que me gustó fue el jazz… pues el jazz es lo que me hace vibrar. Y justamente la crisis –como siempre dicen que la crisis es oportunidad- trajo profunda decepción primero, porque a mí me gustaba actuar en los musicales americanos, ya que tienen mucha afinidad con el jazz. Y al caer el peso con respecto al dólar y sabiendo que no iban a venir más esas producciones extranjeras porque eran insostenibles, frené y dije: ¿¡qué voy a hacer con mi vida!? Esta crisis y este freno me hicieron pensar en generar un proyecto musical propio y que, por supuesto, sea de jazz. Ahí armé mi primer trío -en el 2000- con Juan Carlos Cirigliano (piano), Hugo Pierre (saxo) y Alfredo Remus (contrabajo) que son tres monstruos del jazz y empecé a tocar regularmente todos los viernes en un lugar que se llamaba El Divino Club. Con este proyecto empecé a ablandarme en el lenguaje del jazz y a cultivar mucho más mi repertorio como cantante. Y cuando se termina ese trabajo, en el 2001 sigo en vez de con Cirigliano con Manuel Fraga. En ese momento me empiezan a dar mucho espacio en los clubes de jazz a través del crítico de La Nación -Pradines- que vino a verme y que publicó una nota tan fantástica que todos los lugares de jazz (Notorious, en ese momento Tobago, Clásica y Moderna…) me dieron un espacio. Luego, el 2002, fue el año de Latin Jazz, el cuarteto de Manuel Fraga que tenía percusión, batería, contrabajo y piano… eso estuvo buenísimo.

Evidentemente Delfina no sólo tenía ganas de hacer jazz, sino que también sabía cómo hacerlo y estaba segura de que tenía resto artístico-profesional para sostenerlo… Además, su aguda percepción la hizo rodearse desde el vamos de importantes músicos del jazz local.

M.T.: ¿Con ellos grabaste?
D.O.: No, pero todo el mundo empezó a decirme que tenía que grabar, pues ya veníamos de tres años de cantar jazz y con buenas críticas dentro del circuito. Pero yo en realidad quería grabar algo distinto… estaba en la búsqueda y quería encontrar algo que fuera lo suficientemente original como para distanciarme y diferenciarme y no grabar un disco más, porque me parece que en Argentina ya hay muy buenos discos de cantantes de jazz. Yo quería mover el agua.

M.T.: Bueno, de alguna manera con esa postura creo que respondías a cierto movimiento jazzero de búsqueda que se estaba dando.
D.O.: Yyyy… fijate que estoy hablando del año 2003, que es el año en que se crea el sello BAU que lo crea el guitarrista Fernando Tarres para contener su proyecto y el de algunos amigos de él como Luis Nacht o Ernesto Jodos, músicos que yo, más o menos en ese año, empiezo a ir a ver. Fijate que todo el camino es uno solo porque actuando en Grease conozco a Florencia Peña y me hago muy amiga de ella. Florencia a principios de 2003 está haciendo Romeo y Julieta y empieza a salir con uno de los músicos de la banda, que es el contrabajista Mariano Otero!!!! Cuando por estas circunstancias de la vida lo conozco, él me dice que le encantaría hacer algo musical con migo. Entonces ahí, que ya había terminado con Latin Jazz y estaba pensando en armar algo nuevo, formo con Mariano (Otero) un trío y entonces él me empieza a invitar –además iba para hacerle la gamba a Florencia- a los lugares donde él tocaba, que se dedican al jazz instrumental. Claro! Cuando llegué a ver lo que hacían… imaginate! la primera fecha que caigo con él eran Ernesto Jodos y Sergio Verdinelli… la vanguardia absoluta del jazz!!!! (le pone mucho énfasis y se le ilumina la cara). Ahí me dije: ¿¡dónde estuve todo este tiempo, qué estaba haciendo!? ¡Esto es lo que yo estoy buscando! Venía buscándolo por distintas ramas y tratando de encontrar por dónde podía ser… y ahí lo encontré.

A esta altura es indudable que Delfina transitó un largo camino, de muchas satisfacciones y quizás no tantas, pero que finalmente gracias a su talento y a una gran cuota de incansable curiosidad llegó al lugar donde tenía que estar, a ese lugar de la comodidad artística y del placer profesional.

D.O.: Me maté yendo a escuchar jazz instrumental argentino, grupos como el Quinteto Urbano, Escalandrum, los proyectos individuales de Mariano Otero, a Rodrigo Domínguez con su proyecto personal, Ernesto Jodos, Enrique Norris… qué se yo! Todos ellos. Y de a poco fue como una ficha que me iba cayendo… que iba madurando. Y ahí me di cuenta que era por ese lado, y pensé: como me fascinaría cantar standards con esta base turbulenta… sería genial!!!! Y así empecé a hacer eso con Mariano.
El primer trío que tuve con Mariano eran Juan Pablo Arredondo en guitarra y Carto Brandán en batería. Después se integró Francisco Lo Vuolo en piano. Ahí ya sabía que eso era lo que iba a hacer. Quise una banda más grande pues no quería perder ni a Rodrigo (Domínguez) ni a (Enrique) Norris que los venía escuchando hacía rato… Y maravillosamente todos se plegaron, porque en general son músicos que no trabajan con cantantes porque justamente lo que no les gusta de las cantantes es esa cosa un poco de el arreglo como si fuera para comedia musical, un arreglo tradicional, que hay que tocar siempre lo mismo y después tenés tu sección de solo para divagar y después volvés. La propuesta en vivo en este grupo con el que grabamos MIRADA, si bien tiene un arreglo escrito, en el resto siempre hay alguien improvisando aunque no sea su momento protagónico del solo y entonces la música es totalmente viva y orgánica y se va armando en el instante. Obviamente que vos sabés qué canción es y que tiene un arreglo como el que tiene en el disco, pero el resultado en cada noche de show es totalmente distinto y en general nos establecemos pautas diferentes cada vez que tocamos en vivo y lo mismo se estableció el día de la grabación.

M.T.: ¿Y cuánto hace que están tocando juntos, preparando este proyecto?
D.O.: Desde agosto del 2004 directamente ensayando para el disco y entramos a grabar en septiembre de ese año.

M.T.: ¿Los arreglos surgen de Mariano Otero?
D.O.: El tema de los arreglos surge de las tocadas en vivo. Mariano lo que tiene es la capacidad de conocer muy bien a los músicos con los que trabaja. Conoce cuál es el fuerte de cada uno y él explota eso, entonces potencia a todos. Mariano además no compone para cantante y banda, y me lo dijo el día uno, y me costó aceptarlo… él compone para septeto y ahora entiendo lo que él dice, lo fui entendiendo en la grabación, y fue lo mejor que me podría haber pasado.

M.T.: Es que se escucha a la voz como lo que realmente es: un instrumento musical más.
D.O.: Y además eso es lo que le da tanta vida a la música: que no está pautado… se improvisa bastante y si el que está soleando está copado, lo dejás que siga, y nos vamos viendo y de golpe sale del trance y te mira y te dice: bueno, seguí… entonces o le pasás la pelota a otro o te metés, bueno, eso es el vivo y no podés parar.

M.T.: ¿Y cómo siguen las presentaciones?
D.O.: Terminamos a fines de septiembre… la última fecha es el jueves 29… Hicimos cinco presentaciones en total en Notorious. Después viene un break y supongo que volveremos, pero no sé cuándo porque Brandan, Domínguez y Arredondo se van de gira que ya tiene pautada, así que hasta que no regresen no volvemos.

M.T.: ¿Y tenés pensado o te habló alguien para los festivales de verano de jazz?
D.O.: Y… recién me están conociendo. Ahora en realidad lo que tengo que hacer es justamente mostrar mi música, mostrar el disco a los organizadores. Yo creo que para este verano ya estoy justa porque siendo septiembre… es muy cerca.

M.T.: ¿Y ya estás pensando en algún otro proyecto personal o con los chicos también o con Mariano hablaste algo?
D.O.: La verdad que MIRADA es un punto de partida. Lo interesante ahora es ir tocando esta música. Yo sinceramente dudo de que vuelva a tener un mes entero el septeto completo porque es toda gente muy ocupada… por eso quiero disfrutar de estas presentaciones en Notorious. Además luego quiero experimentar, quiero tocar estos temas con distintas formaciones, con diferentes cuartetos o a lo mejor ampliar la formación para alguna presentación en un teatro… no sé… ahora quiero jugar con esto que tiene el jazz que es la libertad. Esta música se tocó en pocos ensayos y en un par de días de grabación de estudio… y ahora está todo esto por disfrutar.