El arte de ser madre

Por Fabián D´Amico

Poética y divertida visión de la maternidad, en manos de una descollante actriz.

Ariana tiene años de matrimonio, tantos como de terapia para enfrentar el temor a la maternidad. Por fin decide embarazarse y comparte esas decisión con la platea. Todo el proceso de gestación es vivenciado junto al público, en donde, con una estructura clásica de unipersonal, sin la cuarta pared que separa a la actriz de su audiencia, donde esto, potencia la experiencia única de traer un hijo al mundo.

Desde las preguntas y dudas más existenciales, hasta el análisis sintáctico y epistemológico de frases como “dar a luz”. Test frustarados,el anuncio de su embarazo, la reacción de su familia política, los consejos bien intencionados y no tanto de sus amigos y allegados, los cambios en su cuerpo, son algunos de los tópicos que la autora,Ana Istarú, platena desde su texto. Plagado de ternura, poesía y gran sentido de la teatralidad, la historia está tamizada a través del humor, que va desde una sonrisa (que se mantiene durante toda la representación), hasta las más francas carcajadas, siendo una combinación exacta del equilibrio entre la ternura y la comicidad de BABYBOOM, la escena del parto.

Si bien el texto es merecedor de elogios, la actuación de Stella Matute lo es aún más. Asombrando al público marplatense en la temporada anterior con su descarnada composición de la esposa de Vincent Van Gohg, en la obra representada en la sala Payró, Stella Matute vuelve por más al complejo Auditórium, ofreciendo una actuación descollante. Desde el cuidado trabajo corporal hasta las infinitas composiciones que realiza en la obra (son francamente desopilantes la creación de la suegra, la cuñada y el médico), la actriz capta la atención del publico y los lleva a un viaje emotivo pero por sobretodo, divertido, con solo su potente actuación. Sola, sobre el minúsculo escenario de la Nachman, con los elementos escenográficos necesarios y su excelente labor, BABYBOOM EN EL PARAISO y en especial, Stella Matute, logran emocionar sin golpes bajos, divertir sin groserías y disfrutar de un acontecimiento teatral altamente recomendable.