Fontango (Mar del Plata)

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Por Fabián D´Amico

Show de música ciudadana con la sobresaliente actuación de Ana Fontán.

Hablar de géneros artísticos puede sonar arcaico cuando lo que hoy prima es la hibridez de los mismos, pero en ocasiones estos son más que necesarios. Esa necesidad surge al momento de elegir qué tipo de espectaculo se quiere ver.

El café concert es un concepto que nace de manera primera para designar lugares especiales donde artistas innovadores o que por razones de ideologías políticas no acceden a grandes escenarios. Así nacen en altillos, sótanos o pequeñas salas, una corriente artística cercana a una vanguardia, que toma el nombre de esos espacios y sus shows comienzan a llamarse "de café concert" , donde la insolencia, la provocación y el humor irónico son la materia prima de los discursos y de quienes los ofrecen.

Este año se celebra medio siglo de esa corriente y muchos artistas se suman a la celebración aunque muchos de ellos no pertenezcan a ese estilo de hacer, de decir y de mostrar. Esto ocurre con Fontango, espectáculo que se anuncia como un "homenaje café concert" aunque es de raíz tanguera y se presenta los miércoles en la sala La Nona, lugar del café concert marplatense durante los años 60 y 70.

Ana Fontán es una artista integral que se destaca tanto en teatro musical como en cine donde ha cosechado más de un premio. En Agosto de 2017 estrena en el y un espectáculo de su autoría sobre Astor Piazzolla. De ese musical se nutre en parte este show, que al menos en la función presenciada dista mucho de ser una obra de café concert. Enfundada en sensual frack y con el acompañamiento brillante de Luis Seres al piano, interpreta temas de María Elena Walsh y Eladia Blázquez. Diálogos con el público y con su pianista hilvana el suceder de los temas que en un segundo bloque están centrados en cuatro divas del cine nacional: Tita Merello, Libertad Lamarque, Nelly Omar y Ada Falcón.

La sensual figura de Fontán vistiendo un rojo vestido de la época de las cancionistas las evoca pero lejos de rescatar anécdotas divertidas o prohibidas de sus existencias- las hay y muchas- propias del café concert, las recuerda con un respeto sacro enfocando su mirada al cielo y enviándoles besos y dádivas. La misma tesitura se mantiene en la última parte donde rescata escenas de su creación Vivir y morir en Buenos Aires" homenaje a Astor Piazzolla, donde la artista no puede contener su emoción al cantar "Los pájaros perdidos".

Una audiencia agradecida por la calidad del espectáculo pide más canciones, pedido que Fontán cumple con una correcta versión de "Balada para un loco". Como plus y queriendo justificar el encuadre del show una parte de "Un buen par de patadas en el culo" clasico de Nacha Guevara y "Los artistas" himno de Enrique Pinti quiebran el clima alcanzado por las melodías de Piazzolla y desconcierta a un público extasiado por el tango.

Quizás la falta de un buen guión que le de rumbo al show, y una técnica más cuidada- luz y sonido endeble- opacan un tanto la excelente labor de Ana Fontán la cual prevalece sobre las cuestiones mencionadas.