La danza en foco

Por Laura Papa

'Foco sobre Margarita Bali': una de las secciones del 8vo. Festival de Videodanza de Bs. As., que arrancó el pasado 28 de noviembre.

Margarita Bali desarrolló una importante trayectoria artística como bailarina y coreógrafa antes de incursionar en videodanza y es considerada la precursora de esta actividad en la Argentina. Es por esta razón que la octava edición del Festival de Videodanza de Buenos Aires, dirigido por Silvina Szperling, incluye una variada gama de actividades en torno a las investigaciones, proyectos y búsquedas estéticas de esta artista. El conjunto incluye desde clases magistrales y una retrospectiva de sus obras, a la presentación de sus dos trabajos más recientes: Pizzurno revisitado (instalación) y el estreno de Paredes de aquel Buenos Aires (obra de videodanza).

En estas dos obras, Bali detiene una vez más su mirada en la arquitectura de la ciudad; se trata de espacios reales en los que la intervención de imágenes y personajes virtuales abren un pasaje hacia mundos fantásticos.

- La idea original de Paredes de aquel Buenos Aires parte de las paredes que quedan cuando tiran abajo un edificio. Quedan los restos de empapelados, escaleras, marcos, cuadros, cañerías, colores, texturas. Son como restos de vida, huellas de gente que dejó su marca ahí. Siempre me llamaron la atención, estas paredes pueden quedar muchísimos años así. Es una imagen que con el tiempo se pone más difusa, pero cuando todo está recién arrancado es algo muy vivo, se nota que acaba de suceder. Tengo desde hace años la mirada sobre estas paredes viejas, desde que comenzaron las demoliciones en la 9 de Julio en el setenta y pico. Desde esa época tengo fotografías de paredes que tomé yo misma. Creo que es una imagen propia de Buenos Aires porque en otros países no las veo; sucede que las tiran abajo o enseguida las pintan de blanco y tapan todo. Acá pasa algo distinto, es como una estética de dejar las paredes a la vista. Creo que mi idea coincide con toda esta problemática actual en relación a la construcción de torres en Bs. As., que es el motivo por el que se están demoliendo muchos edificios viejos. Acá se elimina indiscriminadamente lo viejo y no queda nada. Para mí esto es un poco recuperar no solo la memoria de esa gente que pudo haber vivido sino también la memoria de la ciudad.

En este trabajo que se origina a partir de ‘restos’ urbanos ¿Cómo ingresa la coreografía?

- Yo también me cuestioné dónde entraba la danza. Por eso busqué más bien personajes. Más que empezar con la danza, trabajé con la idea de gente; gente que fuese normal en su aspecto y movimiento, no trabajé con la imagen del bailarín. Por eso también convoqué a gente que está bailando ahora y a gente que bailó en otra época y que apostó a otra cosa; esa experiencia me resultó muy interesante. Además, se trata de gente que tiene un nivel de improvisación excelente y una manera de trabajar muy naturista.

La danza entra, pero lo hace de manera paulatina, porque obviamente es muy distinto trabajar con un actor a trabajar con un bailarín. Vos das una pauta “Estás bajando una escalera y te encontrás con fulano”. Después le decís “Ahora bajá la escalera de otra manera” y entonces el intérprete empieza a probar esa acción y a tentar muchas posibilidades. Ahí es donde entra la acción física, pero desde un punto de vista de energía y de personaje, no desde pasos de danza en sí.

Bali señala que la obra se fue construyendo a partir de la improvisación de los bailarines. Muchas de las tomas fueron hechas de primera movida a partir de la primera pauta, porque esto le permitió captar mejor la soltura de la improvisación o de los encuentros casuales entre los intérpretes. El trabajo de improvisación puede observarse especialmente en “Humor vítreo”, la primera de las partes que integran Paredes... Otras secciones, en cambio, tuvieron un trabajo más elaborado desde lo coreográfico.

Paredes... se encuentra subdividida en cuatro partes, que responden al tipo de desarrollo planteado para las diferentes situaciones y a las características del trabajo en los distintos espacios.

¿Cada sección está construida como una unidad en sí?

- Sí, las tres obras se pueden ver por separado, no hay una ilación argumental. Pero en la última parte aparecen los personajes de las anteriores. En esta sección hay muchas paredes, es como si hubiera edificio completo y se pudiese ver a los habitantes de cada lugar.

El trabajo con los restos, la destrucción, me hace pensar también en el tratamiento del tema del paso del tiempo. ¿Aparece de algún modo esta cuestión en la obra?

- El paso del tiempo está ahí, es lo que queda después del paso del tiempo. Me hubiese encantado trabajar con gente de más edad. Si continúo el trabajo tal vez esto pueda ingresar. Además, también los objetos del entorno tiene su historia: una pared, un vidrio esmerilado. Las casas ‘chorizo’ de antes ya no existen, ellas mismas son el pasado.

También hay mucho trabajo con las texturas, por ejemplo las paredes descascaradas, las cuales aparecen vistas como un cuadro. Ahí tal vez no hay nada, es decir que no hay una persona, pero en esa pared se puede ver un diseño.

Uno podría pensar que estos espacios darían lugar a un acercamiento melancólico o solemne, sin embargo en la obra aparece el tratamiento humorístico ¿Cómo llegaste al humor?

- Eso no puedo explicarlo, hay que verlo. El humor no se explica. El público se ríe ante cosas que a mí me causan gracia pero que no sabía exactamente si iban a resultar tan graciosas para otros. La primer parte es graciosa, es más juguetona, en cambio la última es más densa.

Pizzurno revisitado es una video instalación para espacios interiores reelaborada a partir del espectáculo performance urbano Pizzurno pixelado (2005), que tuvo lugar sobre y dentro de la fachada del Ministerio de Educación y Cultura. Esta obra demandó aproximadamente un año de trabajo para dos funciones que se realizaron en una única jornada. Para su autora, Pizzurno revisitado es el resultado del desafío de repensar la obra para no perderla y de este modo contradecir el destino efímero que había tenido el primer espectáculo. El espacio urbano monumental se trasladó entonces a una maqueta pequeña a la que Bali llama fascinada una ‘casa de muñecas digital’.

¿Qué cambios se producen al pasar de la monumentalidad del Palacio Pizzurno a la maqueta de la instalación?

- Hay mucha gente que me dice que aprecia mejor la obra ahora, lo cierto es que en este tamaño reducido tiene mucha mejor definición. Así como Pizzurno pixelado fue un evento monumental, ver ese edificio encendido, la gente real adentro y las imágenes virtuales proyectadas; se trató de algo que tuvo que ver con lo urbano, lo monumental y lo grande. Esto es más como un chiche, que uno puede apreciar mejor y con más tiempo. Yo lo pienso como una caja de muñecas virtual o un teatro de marionetas virtual.

Además ahora agregaste un trabajo sobre las paredes laterales que no existía en el edificio real...

- En el edificio real trabajaba proyectando sobre el frente y en dos ventanitas laterales con una proyección desde el interior. Ahora, en la maqueta, proyecto sobre esas dos ventanas y sobre las laterales desde atrás y en diagonal. Lo importante igual pasa en el frente, pero esto le agrega un efecto de tridimensionalidad más fuerte. De otro modo, sentía que la maqueta era solamente una pantalla. El asunto de trabajar la tercer dimensión en proyecciones sobre objetos abstractos es algo que ya venía haciendo, lo que no había hecho antes era un trabajo con algo real, como fue el Palacio Pizzurno. Creo que en todo esto hay todavía mucho para investigar. En Paredes de aquel Buenos Aires veo mucho material interesante para desplegar. Creo que una cosa nace de la otra: uno se mete en un tema y a veces tiene que hacer muchas obras para sentir que tiene ese tema resuelto. A veces tenés que hacer diez obras, hay una que germina y las otras la van acompañando ese proceso.

Paredes de aquel Buenos Aires se presenta nuevamente el domingo 3 de diciembre a las 21 horas y la instalación Pizzurno revisitado puede visitarse (y revisitarse) el sábado 2 y el domingo 3 entre las17 y las 22 horas. El total de las actividades del festival acercan un panorama a bastante surtido de la producción en videodanza del mundo, tienen lugar en el Centro Cultural San Martín con entrada gratuita y se extienden hasta el domingo 3 de diciembre.