Lisístrata Unplugged

Por Damián Faccini

Una versión libre que llega a buen puerto y además lleva a indagar el original con un deseo voraz.

Debo reconocer que ante la noticia de una versión "moderna" del clásico de Aristófanes, un importante escalofrió me recorrió el cuerpo y recién mediando la pieza, dicha sensación supo transformarse en una agradable sorpresa.

LISISTRATA UNPLUGGED demuestra como una versión libre puede llegar a buen puerto y además llevarnos a indagar el original con un deseo voraz.

El gran desafío del director y del grupo de actores radica no solo en la elección de una pieza de este estilo sino también en valerse del género musical para darle forma. Buenas letras, acompañadas de música interpretada EN VIVO. Todo esto sostenido por un ritmo que no decae en ningún momento y un compromiso ABSOLUTO por parte de cada componente humano, que baila, canta y actúa como si hubiesen nacido para ello.

Quizá el mayor mérito de LISISTRATA no este en su discurso y lenguaje (algo soez y vulgar en comparación con el resultado final) sino en la profesional actitud del director quien valiéndose del concepto UNPLUGGED (y en tiempos de GRAN HERMANO) pudo haber hecho literalmente cualquier cosa y por el contrario nos brinda una hora y treinta minutos de lo más placenteros.

Otro punto que merece también ser destacado es el trabajo artesanal que proyecta la obra hacia un plano mayor, dado que en un teatro saturado y harto de pantallas, proyecciones y recursos multimedia, se vale de pocos pero sólidos elementos escenográficos, un cuidado pero no por ello ostentoso vestuario y una justa distribución de los elementos en el espacio.

De la oferta teatral "off", una de las mejores.