Lucia de Lammermoor.

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Por Fabián D´Amico

Excelencia vocal e interpretativa para esta nueva producción de Juventus Lyrica. Encomiable debut de Leonor Manso en la dirección de ópera.

Durante el romanticismo, la ópera bufa dejo de tener la fuerza que tenía en periodos anteriores. Este giro en la creación operística viene precedido de una corriente literaria llamada Sturm und Drang desarrollado en Alemania durante la segunda mitad del siglo XVIII y cuyo exponente máximo en la ópera fue Wagner.

Se rescataron las tragedias y la figura literaria de Shakespeare, con héroes nacionalistas capaces de hacer todo por la patria y de llevar hasta las últimas consecuencias sus ideales. Relatos plagados de emociones fuertes con tragedias familiares, muertes, asesinatos y suicidios fueron la base para el texto dramático de muchas de las óperas serias de ese período. Verdi con Otello, Traviata y Trovatore; Puccini con Turandot y Tosca, Norma de Bellini o la trilogía de tragedias femeninas de Donizetti son los productos de esa época de pasiones descontroladas.

Una de esas tragedias de Donizetti subió a escena en el Teatro Avenida con producción de Juventus Lyrica: Lucia de Lammermoor.

Lucia y Edgardo no pueden luchar contra su amor, aun siendo parte de familias enemigas. Se juran amor eterno desafiando el destino de venganza pactado tácitamente entre esos dos bandos. Pero el futuro les tenía preparada una jugada fatal a los enamorados.

La partida de Edgardo a países lejanos, por compromisos militares, facilita los funestos planes de Enrico, hermano de Lucia. Obliga a la joven a firmar un contrato matrimonial con beneficios económicos para la familia en base a amenazas, violencia física y psicología. El regreso imprevisto de Edgardo en plena boda termina por quebrar la salud mental de Lucia. En un ataque de locura, asesina a su esposo y se suicida. La muerte de Lucia es una situación insoportable para Edgardo, quien se quita la vida en las exequias de su enamorada.

Estos desbordes trágicos dentro de una obra, traen a la luz las palabras de Nietzsche quien sostenía que el peso del texto dramático en la ópera (en especial desde la llegada de Wagner) prostituía la música a favor del efecto teatral. Tal vez esta apreciación sería aplicable en esta nueva producción de Juventus, de no ser por la excelencia en la dirección de Leonor Manso.

Es difícil encontrar dentro de las regie de ópera lo que nos ofrece la visión de Manso sobre esta Lucia. Estamos frente a una verdadera dirección integral de teatro. Se intuye una “idea-teatro” y se ve plasmado sobre el escenario un texto espectacular.
No hay una dirección de orquesta, de coro, cantantes y rubros técnicos por separado al cual el regie tenga que ordenar y plasmar en una puesta en escena como ocurre habitualmente en las producciones líricas. En esta ocasión hay un trabajo pleno de creatividad y labor en conjunto bajo una dirección certera y firme.

Una escenografía despojada, con iluminación precisa y de alto impacto dramático de Gonzalo Córdova es el marco adecuado para el desarrollo de la acción. La eficaz iluminación de Córdoba además de delimitar los espacios de manera certera, potencia el tono trágico de la historia cuando solo deja visible los rostros de los protagonistas logrando climas certeros. El vestuario de Mini Zuccheri, mantiene el tono austero de la propuesta estética, conservando el alto nivel de creatividad de todos los rubros técnicos de esta propuesta.

El equilibrio logrado por Manso entre texto y música, entre cantantes e interpretes, entre Bell canto y actuación es encomiable. El virtuosismo de la voz y fuerza en la actuación van de la mano, sin interponerse una frente a la otra. Cada gesto, cada actitud, cada movimiento de los cantantes está fundamentada en una acción. No hay desplazamientos escénicos sino acciones dramáticas que lo requieran. Esto se aprecia tanto en los protagonistas como en el correcto manejo espacial y vocal del coro.

Laura Polverini logra una Lucia conmovedora desde lo vocal e interpretativo. La difícil escena de la locura del tercer, que exige verdaderas proezas vocales, está interpretada con la naturalidad y entrega que solo una primera actriz dramática es capaz de transmitir. Esta escena desmitifica que solo las cualidades vocales son condiciones necesarias y suficientes para la lírica.
Otra labor para destacar desde lo interpretativo es el Enrico (el hermano malvado de Lucia) de Cristian Maldonado, con una voz precisa que gana fuerza con la presencia escénica que dio a su personaje. Ambas labores con aplausos interminables a telón abierto y una ovación en el final, comunión entre público y platea que hace mucho que no se vivía en el Avenida.

La corrección del resto de los intérpretes (mención aparte para la lograda creación de Leonardo Pastore como Edgardo) y la profesional orquesta bajo la batuta de Hernán Sánchez Arteaga coronaron una noche de excepción dentro de la producción de opera a nivel nacional.

Lucia de Lammermoor es la tercera propuesta de la agenda programada para este año por Juventus Lyrica .Sin duda, este Donizetti es lo mejor de esta asociación lírica no solo en la temporada 2011 sino de mucho tiempo a esta parte. Un logro que obliga, de ahora en más, a brindar producciones de este nivel, donde teatro y Bell canto se fusionen en una misma propuesta creativa.