No me digas, ya sé

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Por Fabián D´Amico

Divertida comedia musical con un joven y talentoso plantel creativo y un brillante elenco.

La Bienal de arte joven siempre depara sorpresas dentro del ámbito del teatro musical. En años anteriores Los monstruos sacude a quienes la ven y logra mantenerse en cartel por varias temporadas cosechando un sinfín de galardones para su autor y director como para sus magníficos interpretes. La Bienal 2017 no queda ajena a esta sana y bienvenida costumbre y estrena No me digas, ya sé una pieza muy divertida, con una partitura musical compuesta por bellas canciones y un aroma especial que retrotrae a la platea a las románticas comedias cinematográficas exitosas en épocas pasadas donde los enredos amorosos y la complicidad entre la audiencia y el chico que ama en secreto a la chica crea una empatía tal que deja de lado cualquier imperfección o error en la trama.

La protagonista femenina de la obra es una chica que sabe que su novio la va a dejar y entonces se adelanta a la decisión del chico y es ella quien lo deja, aún amándolo con toda sus fuerzas. El problema es que tiene un don, un poder: el de saber de antemano que es lo que va a suceder en su vida y en la de sus seres queridos. No necesita abrir a puerta para saber quien toca el timbre o levantar el tubo del teléfono para saber quien esta del otro lado de la linea. Un don que se despierta cuando su padre la abandona a ella y a su madre, una mujer esotérica, hipocondríaca y con ciertos poderes mas cercanos a la intuición que a verdaderos dones. Completa el entorno, su ex novio y el hermano de este, el mejor amigo de la protagonista y perdidamente enamorado de ella.

Todo en su vida es previsible y conocido de antemano hasta que tocan a la puerta de su departamento y no logra identificar quien es. Desde ese momento algo cambia para ella. La persona que llega a su vida es una vecina adolescente que vende rifas en el edificio para sustentar su pasión que es el patín artístico. Avasalladora, impertinente, arrogante, la jovencita quiebra ese poder que tiene a maltraer a la protagonista y se genera entre ellas un vínculo de hermanas. Sin ese don, la chica podrá ver con sus ojos quienes la rodean y no tanto con su mente, y logra así descubrir quienes realmente la aman y a quien ama ella.

Una historia tan sencilla como original narrada con un ritmo preciso y con bellas canciones que hacen a la historia que se cuenta pero que tienen la fuerza y la potencia para cobrar vida por su cuenta fuera de la trama. Un trabajo efectivo realizado por Matías Prieto Peccia, Mariel Velez y Vanesa Butera ,donde la dinámica puesta en escena con mínimos pero suficientes recursos escenográficos permite que la acción tenga un desarrollo continuo sin quiebres ni baches.

La dirección de actores es otro acierto de la producción. Cada personaje esta delineado tanto desde la dramaturgia, las canciones y desde la dirección, con rasgos bien definidos y en ocasiones con trazos gruesos que no van en detrimento del discurso sino que potencian el ritmo de comedia- en momentos física- de la obra. Mariel Percossi vuelve a brindar todo su potencial de actriz y cantante, virtudes que no se veían en la protagonista desde su recordado papel en Alicia en Frikilanad. Diego Cassere en el rol del novio abandonado tiene poco texto pero se destaca en las canciones solistas. Una revelación resulta Sol Macchia como la joven patinadora. Para cumplir una máxima del teatro que dice que no hay papeles pequeños para grandes actores Julian Pucheta y Laura Silva dan fe de la misma. Pucheta se roba cada escena en la que pisa el escenario. Su criatura tierna, optimista y confiada en el amor encuentra en el actor un instrumento preciso y afinado para centra todas las miradas en su performace. Un trabajo excelente de un gran actor del teatro musical. Laura Silva es una destacada primera dama del musical pero en cada personaje que encara crece como actriz y en esta ocasión la cantante pasa a un segundo plano apocada por la gran actuación que brinda. Cada gesto, cada movimiento, tonalidad de voz y desplazamiento despierta carcajadas en la audiencia y si bien las comparaciones son odiosas y cada actriz tiene su propia tonalidad, Laura Silva tiene en su presente la misma coloratura y el talento de una de las grandes comediantes que diera nuestro país como lo es la Sra Beatriz Bonnet. Ver el exquisito trabajo que realiza en No me lo digas, ya lo se permite a quienes apreciamos el charme y la gracia de Bonnet en sus comedias ver en Silva a su sucesora.

No me digas, ya sé es una agradable comedia musical con un joven y talentoso plantel creativo y un brillante elenco. Para disfrutar de un grato momento teatral sin más pretensiones que las de divertir con un mensaje optimista y superador.