Noches de show

Por Fabián D´Amico

El fervor de los espectáculos musicales no solo abarca las marquesinas de las grandes salas de la Av. Corrientes, sino que se traslada a otros ámbitos alternativos.

Este es el caso de NOCHE DE SHOW, que se estrenó en “El Ombligo de la Luna” en el barrio del Abasto, cambiando las melodías tangueras típicas de la zona, por los acordes de las más conocidas canciones de los musicales de Broadway.

NOCHE DE SHOW es un espectáculo armado en base a cuadros musicales, en donde se combinan distintas disciplinas de la comedia musical, formando un recorrido por los famosos musicales que se han podido ver en Argentina (Cats, Chicago, A Chorus Line) pero con un marcado estilo “Fosee”, tanto en la elección de las canciones, como en las coreografías, aunque sin un hilo conductor que una los 16 números del show.

Sobre el despojado escenario de la sala, ingeniosamente iluminado con escasos, pero bien aprovechados, recursos técnicos; una ágil y coordinada, aunque rutinaria, coreografía y con el clásico vestuario negro, típico de las puestas de Fosee, los integrantes del elenco y el director del show (como émulo del famoso coreógrafo que abre y cierra el show con bombín y guantes blancos) tienen como objetivo explícito rendirle un homenaje al genero musical, el cual se cumple con resultados dispares.

Una sucesión continua de canciones, (algunas interpretadas en vivo, y otras usando playback) y coreografías grupales, mantienen la atención del espectador gracias a la espontaneidad y entrega del elenco, dejando de lado en ciertas ocasiones, la falta de técnica o de oficio de algún integrante del mismo.
Cuadros logrados como el “Tango del Pabellón”, en donde las cinco integrantes cantan en vivo con un rendimiento parejo, y un “Siga el Jazz” muy particular, en donde la muy buena interpretación de la protagonista, rompe con los cánones de la “femme fatal” impuesto por las cantantes que han realizado ese tema; son opacados con números de pobre resolución, como el poco efectivo “May be this time”, en manos de una cantante carente de voz y de habilidad, o el efectivo pero extenso “Audición” solo sostenido por la eficacia y gracia de las actrices.

El espectáculo se desarrolla entre los vaivenes de la efectividad y el buen gusto; y la falta de entrenamiento de algún cantante – bailarín del elenco, que debilitan el esfuerzo del mismo, y el objetivo final del show.

Los que pretendan ver en “Noche de Show”, un espectáculo profesional, con un elenco afiatado, de grandes voces y virtuosismo en la danza, éste no colmará sus expectativas, ya que el plantel del espectáculo, es un grupo independiente que apuesta y arriesga a un género difícil como lo es el musical, en donde no se puede dejar de reconocer la entrega de los 17 entusiastas participantes del show.
Prima en este espectáculo, las buenas intenciones, el esfuerzo y el amor hacia el musical, sobre cualquier otra virtud o destreza. Juan Pablo Miranda, como creador y responsable de la puesta, es un nombre a tener en cuenta, ya que apuesta firme, desde una mínima producción, a un estilo, con una mirada creativa y un manejo de grupo más que correcto.