Quizás, quizás, quizás (Quizás)

Por Silvia Sánchez

Una pieza pequeña y femenina de la mano de Sol Pavez

En el mágico espacio teatral Tadrón, Sol Pavéz despliega un mundo edulcorado y teatral. Quizás, pieza que la tiene como autora, directora y protagonista, narra las peripecias de él y ella, dos seres dispuestos a sostener un encuentro pleno de desencuentros con tal de huirle al vacío de la soledad.

Aunque la problemática no sea patrimonio exclusivo del género femenino, parece haber sido este el que más la ha tematizado, a veces con más fortuna que otras. En tal sentido, Pavéz despliega un universo absolutamente pequeño desde donde se lo mire y tal vez allí, en esa pequeñez, resida el encanto de la pieza.

Desde la duración (apenas 50 minutos) hasta los diálogos (alejados de las grandes declaraciones) y la escenografía (apenas unos trastos que simulan un basural) el trabajo es casi de miniatura: una economía expresiva que le sienta bien a una puesta que entiende que ciertos tópicos suelen ser más efectivos si son tratados desde la sencillez.

Con humor, Pavéz despliega además, ese encuentro entre la racionalidad y la pasión que a veces no conjuga del todo bien pese a la voluntad: él le hace cuestionarios para conocerla, ella quiere “concretar”, él prolonga el beso con la lógica que procura que primero “hay que conocerse”, ella no ve la hora de ponerle fin a ese “caso raro de soledad” que dice ser.

En el medio de diálogos “aparentemente absurdos” ella y él intentarán encontrarse y solo cuando la distancia, la fisura y el desencanto puedan aparecer, quizás el milagro pueda producirse.

La iluminación y la música, de una melancolía y una fragilidad exquisitas, aportan el marco teatral necesario para hablar de él y ella, que en las buenas actuaciones de Pablo Cerri y Sol Pavéz, encarnan algo así como una radiografía poética de seres de este tiempo