Quizas hoy
Por Fabián D´AmicoUn show de musicales fuera de lo común, donde la dirección musical de Gerardo Gardelín permite descubrir nuevas sonoridades a melodías conocidas.
La comedia musical, como género teatral, es uno de los pocos que tienen seguidores fanatizados que siguen a los artistas, autores, o compañías donde se presentes, aunque eso implique viajes, traslados, trasnochadas y demás sacrificio en post de alcanzar su deseo de contactarse con su artistas o musical preferido. Con el auge nacional de los musicales y sus adeptos, nacen shows alternativos armados en base a canciones o melodías de piezas famosas o en homenaje a autores consagrados. Uno de esos espectáculos es Quizás hoy, armando en base a tema de Kander y Ebb (autores de Chicago, El beso de la mujer araña y muchos musicales de renombre internacional) con seis cantantes del género y una banda capitaneada por Santiago Otero Ramos.
La particularidad de este espectáculo es que la audiencia se encuentra con el lado B de estos creativos, es decir, con temas pocos frecuentados o melodías pertenecientes a piezas no estrenadas en Argentina. A esa peculiaridad, se le debe sumar, las versiones y orquestaciones más que personales de Gerardo Gardelin, que aleja a cuadros conocidos de lo visto en nuestro país para darle un toque personal. Así en este show puede verse cuadros de El beso de la mujer araña con tonalidades jazzísticas ajenas al clima casi festivo de la puesta original, o una excelente versión de May be this time casi blusera interpretada por Virginia Modica.
Una propuesta tan valiosa como arriesgada que desconcertará a quienes tienen en su cabeza la melodía original de Cabaret o de Chicago pero que sorprende por la calidad interpretativa de los seis cantantes (Javier Belay, Romina Casella, Paul Jeannot, Sebastián Mazzoni, Virginia Modica, Silvina Nieto) y la sonoridad exquisita de la banda (Federico Fernández, Santiago Otero Ramos, Fernando Valles ).
Un vestuario que remite a la década del 50 y una acotada puesta de Christian Giménez donde se puede destacar la puesta en escena de la canción de los soldados o el logrado cuadro del cine, dan marco escenográfico a un show que merece una mejor puesta de luces (en varias ocasiones y en la búsqueda de crear climas intimistas, se dejan a los interpretes a oscuras).
Quizas hoy abre la posibilidad de tomar contacto con un material poco conocido de Kander y Ebb y disfrutar de un show con un sello personal como el que le brinda a los temas Gerardo Gardelin, sin dudas, el creador- o creativo- principal del espectáculo.
