Tango de burdel, salón y calle

Por Fabián D´Amico

Virtuosismo al servicio del tango. Innovadora coreografía de Ana María Stekelman a servicio de un maduro Ballet Argentino

Innovar dentro de un género musical tan arraigado a nuestras tradiciones como lo es el tango no es materia sencilla y menos aún cuando se trata del tango danza. Dentro del tango canción las nuevas tendencias son mejor recibidas y aceptadas que cuando de intenta mancillar los esquemas escenográficos del 2x4. Con producciones que van desde el clasicismo del tango de salón hasta las aéreas destrezas del tango for export, todo se ha hecho en materia de baile con nuestra música ciudadana sobre un escenario. Pero nunca hay que decir que todo está hecho, porque es entonces cuando surgen nuevos creativos que nos sorprenden y emocionan.

Ese es el caso de “Tango de Burdel, salón y calle”, espectáculo estrenado en el teatro Maipo y que se puede disfrutar en la actual temporada marplatense. Con un “drean team” creativo que tienen acostumbrado al público argentino a espectáculos de altísimo nivel como lo son Elio Marchi (libro), Renata Schussheim (vestuario) y Lino Patalano en la producción, en Tangos de burdel… las verdaderas estrellas son la coreografía y el ballet.

Una historia más anecdótica que narrativa nos muestra cinco momentos del tango bailado como lo son la génesis, el tango en los burdeles y en los salones, la decadencia del tango frente a la música foránea entre las décadas del `60 y `70 y el resurgimiento del tango con el maestro Piazolla que saca al mismo de ámbitos específicos y lo traslada a las calles. Con este material, sobre un escenario limpio de elementos escenográficos y con la orquesta China Cruel ejecutando los tangos en vivo, el Ballet Argentino demuestra una vez más todo su talento y el avance en cuanto al dominio del escenario no solo como bailarines sino como jóvenes y a la vez maduros interpretes de las distintas piezas que ofrecen. Cualidades que pueden ofrecer y deleitar al público gracias a la excelente e innovadora coreografía de Ana María Stekelman que logra fusionar la técnica de la danza clásica con la pasión viseras del tango. Desde creaciones colectivas donde en un principio se mezclan melodías europeas en la danza, el tango bailado entre hombres o solamente por mujeres en los burdeles, hasta destaques individuales donde los bailarines ofrecen todo su aptitud técnica a servicio de una danza popular, Stekelman coreografía cada momento con un delicado equilibrio entre las rigurosas exigencias técnicas del ballet y el gusto popular del tango bailado.

Sin poder resaltar la labor individual de ninguno de los integrantes del Ballet Argentino ya que los nombres de los mismos no figuran en el programa de mano, y destacando la labor precisa y plausible como grupo, cabe destacar la interpretación de Eleonora Cassano. Con un bagaje de perfección y virtuosismo, Cassano logra capitalizar toda su experiencia en una actuación que va más allá de la rigidez del clásico, dotando a cada una de sus intervenciones de una fuerza dramática y un voltaje de sensualidad y sexualidad propio de una actriz de carrera. Una actuación sólida donde la intérprete y la bailarina logran una comunión perfecta.

Sorprende la intervención de Karina Levine, cantante afincada en la ciudad de Mar del Plata con una reconocida y premiada carrera cantado tangos. En Tangos de burdel, Levine logra unir en un espectáculo sus condiciones de cantante y de bailarina, fundiéndose con el ballet como uno más de ellos, cualidades que mantiene intactas desde el inicio de su carrera como integrante de los grandes musicales realizados en Argentina en la década del `90 y que en este espectáculo tiene la posibilidad de mostrar en forma íntegra.

Tango de Burdel, salón y calle es un espectáculo que brinda la alternativa a públicos heterogéneos de unirse en una misma obra, cubriendo ampliamente las expectativas de los puristas de la danza y los amantes de la música ciudadana, con una excelente orquesta de músicos en vivo y un ballet que es orgullo nacional en cada una de sus actuaciones en el exterior. Ahora, en Mar del Plata, prestigiando su cartelera y avalando el nombre del complejo donde se representa como lo es el Centro de Arte de Mar del Plata, privilegio que Lino Patalano le brinda a la ciudad de disponer de salas donde los distintos lenguajes artísticos se hacen presentes en un mismo edificio.