Temporada Teatral 2011 Mar del Plata

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Por Fabián D´Amico

Pocas novedades, éxitos probados en Capital Federal y muchas figuras mediáticas en esta nueva temporada teatral estival.

Todas las ciudades de veraneo en nuestro país o en el extranjero tienen su atractivo particular que las identifica. Mares, montañas, ríos, playas exóticas, grandes capitales del mundo. Sitios con ofertas para toda la familia, vida nocturna, y shows. Pero no hay ningún otro lugar en el mundo para ir de vacaciones que ofrezca durante el día playas y océano y de noche, una cartelera teatral con más de cien títulos como lo hace Mar del Plata.

Lugar para el descanso de gran parte de la sociedad nacional de raigambre popular y deleite de visitantes foráneos, quienes más allá de la belleza natural de la zona, no logran entender el fenómeno cultural que se lleva a cabo en la ciudad durante una temporada que dura solo dos meses. Hoy, Mar del Plata cuenta con salas teatrales de reciente inauguración, otras restauradas y acondionadas con los requerimientos técnicos de última generación, algunas céntricas y otras barriales. Las más importantes compañías teatrales bregan por tener el mejor sitio, verano tras verano, para ofrecer sus espectáculos.

El teatro de verano de Mar del Plata dejó de ser una alternativa más dentro de las opciones de los veraneantes para transformarse en uno de los sucesos teatrales más exitosos a nivel nacional, compitiendo a la par con las temporadas oficiales de la ciudad de Buenos Aires y plafón de prueba para obras que continuarían su suceso en las principales salas capitalinas.

Durante la década del 60 y primeros años de los 70, la oferta teatral capitalina oscilaba entre el inicio de un teatro de tintes políticos o con alto grado de realismo reflexivo y la ausencia de comedias costumbristas y sainetes en la programación de las salas que hizo que los actores y el público de este género se volcaran hacia las comedias ligeras y las revistas. El panorama teatral de este último grupo de artistas se veía beneficiado gracias a la participación de primeros actores y actrices cómicos en programas televisivos de alta audiencia. Éstos, junto a directores, productores y autores, tenían una finalidad netamente económica a la hora de plasmar su producto en escena, y lo curioso era la heterogeneidad en el armando de los elencos, que contaban entre sus integrantes destacadas figuras y notorios realizadores.

Autores extranjeros como Feydeau y Simon compartían marquesinas con españoles (Paso o Casona) y nacionales como Abel Santa Cruz o Moser. Los sucesos de taquilla y crítica que comenzaban en Buenos Aires eran trasladados a Mar del Plata y a partir del año 69, cuando Mar del Plata empieza a afianzarse como destino teatral, los éxitos marplatenses eran capturados durante la temporada oficial por la cartelera porteña.

Fue Darío Vittori el creador de Mar del Plata como lugar de desarrollo teatral de corte netamente “comercial” cuando llevó a principios de los 70 cuatro compañías teatrales. Las salas cinematográficas de la costa atlántica iban cediendo lugar a escenarios teatrales, y junto a Vittori, la familia Carreras se instalaba en la ciudad protagonizando con el matrimonio Sandrini- Pastorino comedias blancas; como así también el lujo y la picardía de las revistas presentadas en Buenos Aires y que en verano, con otros nombres y mismo elenco, llegaban como “estreno” a la ciudad feliz.

Elencos encabezados por Rodolfo Beban, Claudio García Satur y Guillermo Bredenston (galanes de los años 70 y todos con éxitos televisivos) junto a la firma autoral de Abel Santa Cruz y en la sala del Teatro Provincial, marcaron sucesos de taquilla pocas veces visto en la historia del teatro comercial. A partir de ese momento, estos galanes tuvieron una cita impostergable cada año con una nueva obra de Santa Cruz en la misma sala y con parte del elenco original.

Obras, autores y salas marcaron la fisonomía del teatro de verano marplatense logrando atraer a la prensa especializada, mediante amores de verano reales o no entre los integrantes de las compañías, una lucha descarnizada por quien lograba el primer puesto dentro de la concurrencia del público y la recaudación monetaria. Prensa que denostaba con sus comentarios la calidad de muchas de las obras, tildándolas de chabacanas y vulgares, pero que el público que asistía a verlas, poco las tenia en cuenta con tal de estar cerca y ver, en vivo y directo, a su galán de moda o a la cantante del momento.

Características que se mantienen en la actualidad, dejando al teatro “serio” o de autor relegado a un segundo plano y a las periferias de la ciudad. Muchos fueron los intentos por “mezclar” obras de calidad en cuanto a su contenido y forma, junto a las comedias pasatistas y las revistas, pero el fracaso fue rotundo. Salvo excepciones como las presentaciones de la compañía del Teatro San Martín en las salas del Auditorium o Payro, o alguna pieza de Nelly Fernández Tiscronia como Made in Lanús o Alta en el cielo, los productores nunca apostaron a un teatro de autor dentro del circuito céntrico de las salas comerciales de la ciudad.

Fue el público y no la elección de los productores, quien con la compra de sus entradas le dió una impronta especial a la temporada de verano marplatense. Pasaron más de 40 años y la estructura de la cartelera teatral de los veranos de Mar del Pata no cambió. La temporada 2010 /2011 lo demuestra.

Éxitos comerciales que ocuparon las marquesinas porteñas dirán presente en el mes de diciembre en la costa: Por la Gallery, Los reyes de la risa Los 39 escalones, Las chicas del calendario, Antes de que me olvide, M el impostor, Arráncame la vida, Soñar en Boedo. Las revistas, como en los 70, tendrán un lugar importante, luchado entre ellas para ver quien brinda mayor despliegue. Bravísima, La revista para todos, El Gran Burlesque mezclan atracciones, cantantes, primeros bailarines y figuras mediáticas.

Pocas novedades como el estreno de una comedia basada en el película Cuando Harry conoció a Sally, una nueva puesta de El diluvio que viene y los music halls que pululan por las pequeñas salas alternativas del centro marplatense son las propuestas de esta temporada con espectáculos más que conocidos para la mayoría del público capitalino pero que hará el deleite de quienes provengan de las distintas provincias a vacacionar en la ciudad y tener un contacto cercano con sus artistas.

Como planteábamos al principio, un fenómeno teatral que crea el público en cuanto a una necesidad de ver a los artistas que siguen a diario en la televisión. Situación que puede aprovecharse para brindar espectáculos de alto nivel artístico y de realización o simplemente productos de consumo masivo y de escasa calidad. Por suerte, estos últimos escasean cada año más dentro de las propuestas teatrales de la ciudad.

Pero para aquellos quienes busquen de un teatro comprometido en la ciudad feliz, alejado del mero espectáculo, es decir la “otra” temporada teatral, tendrán que buscar como siempre a los elencos marplatenses. Ubicados en las pequeñas salas barriales como La Bancaria, lugar donde año tras año brinda prestigio a la escena local y nacional Mariano Moro con su compañía Los del verso, la Alianza Francesa, las salas de la Biblioteca, o el paradisíaco jardín de Villa Victoria, los artistas marplatenses brindan su producto a quienes no solo se encandilen con las luces de neón y los brillos de los strass, sino quieran disfrutar de grandes autores, noveles directores e ignotos pero talentosos actores y actrices.