Un delirio musical.

Por Fabián D´Amico

El programa de mano destaca en su encabezado “el delirio musical del año”. Luego de ver la función solo se puede asentir el impulsor elegido para promocionar la obra. Acá no se fuma es simplemente un delirio, creativo y original, nacido de la inventiva de Pepe Cibrían Campoy, aunque este musical de autoayuda está lejos de su producción habitual.

No hay cientos de personas cantando y corriendo por grandes escenarios, ni fastuosos decorados bellamente iluminados por infinidad de luces robóticas. Menos aún una treintena de maestros ejecutando melodías sobre amores contrariados desde el foso de una imponente sala teatral.

Un pequeño cuadrado en el centro del mínimo escenario de la sala, algunos almohadones y una mujer, bastan y sobran para captar la atención del público y provocar un sinnúmero de carcajadas a lo largo de la representación.

Acá no se fuma relata las vivencias de una adicta a los libros de autoayuda que acude desesperada a una reunión de rehabilitación. Las aventuras y desventuras de esta particular criatura expuestas en una sesión terapéutica, las carlas telefónicas con su mejora amiga y secretaria de su madre y la delirante relación con su progenitora forman parte del nudo argumental de la pieza.

La obra está llena de citas sobre autores best seller de libros de autoayuda, técnicas de conocimiento interno, gurues y demás hierbas crecidas a principios de este nuevo milenio, junto con la despersonalización de las relaciones sociales y las adicciones que nacen con ésta. Cibrían agudiza al máximo su poder de observación y ofrece una obra plagada de mordacidad y sarcasmo.

Si la ironía de la pieza es compresible y recibida con beneplácito por el público en general, el disfrute es aún mayor para quienes conocen sobre el mundo de la comedia musical. Todos los temas musicales que se interpretan en la obra son partituras de grandes musicales extranjeros como por emblemáticas melodías de Sondheim o clásicos de Funny Girl. Solo que la letra de los mismos son cambiadas y rescritas por Cibrian de manera brillante y delirante para que formen parte de la historia que se cuenta

Laura Manzini Chica Pepe y parte del grupo de talentosas actrices que formaron parte de las comedias musicales de Cibrian como Ana María Cores, Georgina Barbarosa, Mónica Buscaglia, Ana Padilla y Ana Acosta entre otras, es la encargada de dar vida las tres mujeres de este unipersonal. Histrionismo interpretativo, virtuosismo vocal y una fuerza arrolladora sobre el escenario son solo algunos de los tantos calificativos que pueden caberles a esta intérprete.

Manzini, con solo un gesto, un tenue cambio de luz y un movimiento de su cabello entra y sale de cada personaje y de sus mundos particulares. Una labor precisa y contundente que reafirma la calidad de una profesional ausente hace tiempo de los escenarios porteños pero que mantiene intacta la energía y potencia con la que había deslumbrado años atrás a todos los cultores de la comedia musical vernácula.

Acá no se fuma cumple sobre el escenario lo que promete desde su publicidad. Más que un musical de autoayuda, ayuda al público a pasar un grato momento, gracias al ingenio de su libró y canciones y la impecable interpretación de Laura Manzini.