Yo no soy la malquerida

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Por Fabián D´Amico

Espectáculo de puro entretenimiento con un magnifico elenco y lo mejor de la música y baile español en los Jardines del Museo Larreta.

Había una vez, no hace mucho tiempo atrás, donde el público elegía que espectáculo ver por su género y quienes eran su artistas. Sin importar el modernismo o el postmodernismo y sus preceptos sobre los textos, la gente iba a ver a Alcón en dramas del San Martín o las comedias de Vittori, ya que la hibridez de géneros era desconocida. Dentro de las comedias, se podía optar por las más picantes o por las blancas propuestas de un simpático vaudeville, con salas especificas donde siempre se presentaba un estilo de obra en particular y un tipo de comedia especial, las que se preparaban para el verano. Familias enteras esperaban esa época para disfrutar de algún galán o actriz televisiva y verlos en vivo sobre un escenario.

Un relato que parece tan lejano pero que la presentación de Yo no soy la malquerida en los jardines del Museo Larreta trae en forma vívida y potente a nuestro presente. Una obra de Jorge Mazzini que ya desde su presentación deja en claro su propuesta. Usando una frase popular” quien avisa no traiciona” , se enuncia a la obra como una “sátira musical en un prologo, dos cuadros y un gran final de fiesta” representada por la “compañía de comedias cómicas españolas”. Un discurso burlesco que toma como base a “La Malquerida “de Jacinto Benavente para realizar una comedia de equívocos y malentendidos, en donde lo que prima no es la profundidad de la dramaturgia sino las actuaciones de un elenco numeroso y efectivo.

Un par de actrices reciben a la concurrencia en los jardines del Museo que juegan como foyer de la sala. Las comediantes buscan ramas para poder tapar los agujeros de los decorados ya que por el decir de estas, la primera actriz del espectáculo-quien es a la vez autora, coreógrafa, vestuarista, productora y directora- no es afecta a realizar gastos superfluos porque el público nunca sabe nada. Al ingresar a la sala, un primer acto muestra el descontento de todo el elenco por los desplantes de “la señora”, los del amante de turno y galán del espectáculo y muchas más penurias que ponen en peligro el éxito de la función. Actrices sin experiencia para roles principales, los celos de la segunda actriz de la compañía, la falta de un apuntador y un novel sonidista son los elementos que detonan el fracaso de la obra y la risa continua y muchas carcajadas del público. Luego de los dos fallidos y divertidos actos de la pieza, un gran final de fiesta rememora los grandes espectáculos del Teatro Avenida cuando este se dedicaba al género español.

Yo no soy la malquerida es una pieza escrita por Mazzini- conocedor y defensor del folclore y teatro español en Buenos Aires- para que la representara Jorge Luz, el cual no pudo cumplir con ese deseo del autor. Lo valioso de la puesta actual-más allá del rescate de un estilo de hacer teatro ya que la acción se desarrolla en el año 1970- son los intérpretes, quienes ponen sobre el escenario todo su profesionalismo y en especial un histrionismo que nace del “juego” que habilita la obra en general. Graciela Pal mezcla gracia, comicidad, un acento español perfecto y la experiencia en musicales para dotar a su Dorotea de una luz muy particular, que crece y se multiplica hasta la ovación final gracias al aporte de una estupenda actriz como Julia Calvo, en el rol de su alterego y eterna enemiga, quienes logran las escenas más divertidas y delirantes de la noche. Miguel Habud se luce como cantante y actor en un rol menor, pues la atención no puede desviarse del dúo protagónico femenino. El resto del numeroso elenco cumple destacados papeles en especial el trío conformado por Monica Salvador,Mari Cruz Utrera y Ana Padilla como los comodines que intentan salvar todos los equívocos, y Franciso Pesqueira en un registro que rememora sus logradas actuaciones dentro de Carne de Crítica.

Párrafo aparte merece el logradísimo fin de fiesta, en donde todo el elenco interpreta lo más conocido del cancionero popular español, con los destaques de Baldomero Cadiz, Cintia Reina y Marian Cortes en voz y un trío de bailarines(Alexis Frank, Marysol Calvo y Mariana Vergara)

Yo no soy la malquerida es una invitación a la diversión, a la risa, al cantejondo, la copla y los bailes tradicionales españoles. Quien se anime a dejar de lado ciertos pruritos actuales sobre la función o el fin de las artes escénicas, pasará una velada inolvidable de puro entretenimiento.