Última Noche en la Disco

Por Paola Rompato

Entrevista con el autor y director de esta nueva propuesta musical Mauro Debans

El primer gran escalón profesional de Mauro Debans.

Sin histrionismos, con mucha tenacidad y una gran cuota de dedicación profesional, Mauro Debans arribó a Buenos Aires hace algunos años con la única idea de dar rienda suelta a su pasión: el teatro musical. Simple, muy simple, de hablar calmo y semblante adolescente, este joven oriundo de La Pampa se hace camino de manera independiente dentro del circuito teatral porteño y con una energía inconmensurable cumple los sueños que, desde muy pequeño, comenzó a construir con ladrillitos de juguete pero que, evidentemente, se armaron sobre cimientos del mejor temple.

MUNDO TEATRAL: Contame un poco acerca de tu trayectoria profesional.
MAURO DEBANS: Soy un caso un poquito raro, en cuanto a que te puedo nombrar muy pocos espectáculos que he hecho. El primero fue cuando estaba en el secundario y fue una versión libre de “El Fantasma de la Ópera”, basado en el libro original de Gastón Leroux, que lo hicimos con bastante éxito allá en Santa Rosa (La Pampa). Después acá en Buenos Aires, del ’90 al ’95 preparé “Ambiciones”, mi primer musical original en todos los aspectos: el libro lo escribí yo y la música la compuse junto con Cielo Pordomingo, que sabía de música.

MUNDO TEATRAL: ¿Y cuál es tu relación con la música? ¿Estudiaste música?
MAURO DEBANS: No. No estudié música. Me da vergüenza decirlo, por respeto a toda la gente que estudia durante muchos años un instrumento musical. De todos modos, la primer gran pasión que tengo es con la música. Yo recuerdo de muy chico escuchar mucha música, al punto de pedirle a mi mamá que me diera vuelta el disco porque yo no sabía ni darlo vuelta, ni tampoco podía hacerlo porque era muy, muy chico. Entonces siempre que pensé en teatro, pensé en música. Primero entré como actor en un musical que se llamaba “Annie”, que se hizo allá en La Pampa y ahí le tomé el gustito. Pero a parte siempre estaba en mi cabeza hacer una obra, armar todo, pues siempre jugué con los ladrillitos haciendo escenografía y esas cosas. Y al entrar a “Annie” fue la primera vez que vi cómo se hacía la cosa. Vi los camarines, vi los telones, vi las luces, vi por primera vez todo eso ahí de cerca y ahí empecé a maquinar esto de “El Fantasma de la Ópera”.

MUNDO TEATRAL: Y a partir de ahí, ¿Cómo sigue tu carrera?
MAURO DEBANS: Como te conté sigue con “Ambiciones”, el musical que estrené acá en Bs. As. en el ‘95, que llevó su tiempo de maduración entre el libro y la música. La cosa fue más o menos así: en el ’91 me establecí en Bs. As., empecé a estudiar Arquitectura. Abandoné esa carrera y me pasé a Imagen y Sonido. También comencé a trabajar en cine y así, ya como asentadito, me dije “bueno, ahora le doy rienda suelta a mi pasión”. Entonces en el ’95 estreno “Ambiciones”, con la que estuvimos en el Teatro Lassalle. En el ’97 hice la nueva versión, aggiornando las canciones, mejorando la escenografía e hicimos una temporada en el Teatro Colonial. El ’98 fue como un descanso, y del ’99 en adelante empecé a trabajar en “Última Noche en la Disco”. Es decir: fue una exageración, porque recién estrené en el 2005… fueron seis años de proceso para esta obra! Dicho así parece que soy súper detallista o que soy de madera (risas)

MUNDO TEATRAL: A ver… contame un poco más, entonces, cómo fue el armado de “Última Noche en la Disco”.
MAURO DEBANS: En el ’99 empecé a escribirla e hice la primer tirada en un mes. Luego la dejé descansar, volví, corregí… y entonces ya empecé a hacer unas primeras lecturas con amigos.
Como yo trabajo en cine, cada vez que entraba a trabajar en un largometraje pasaban cinco meses de mi vida en los que desaparecía. Y eso no estaba nada mal, porque luego de ese tiempo retomaba el libro y ponía acá y allá, hacía correcciones...
Con la música empecé a trabajar accidentalmente, armando cosas con la compu, porque Cielo Pordomingo -la chica que fue mi co-equiper musical en el ’95 y ’97- se fue a vivir a México, entonces me vi en la situación de tener que buscar un músico… y es muy jodido que te entiendan. Y encima yo, cuando escribo el libro, siempre me viene con la melodía (eso también me sucedió con “Ambiciones”). Entonces me prestaron un programa para escribir música en la compu, y pensé: bueno, por lo menos voy a bocetar, y después se lo voy a dar a alguien que lo haga bien. Pero con lo del boceto yo me empecé a entusiasmar y empecé a trabajar y a trabajar y me fui metiendo cada vez más con el tema de la música. Y eso me llevó mucho tiempo, porque la música la hice toda con el mouse en mi casa (yo no toco teclado) y entonces sonidito por sonidito que vos escuchás en la obra, todo eso está hecho con el mouse, marquita por marquita. Los acordes del piano yo no los sé; no sé lo que es un fa sostenido o un si bemol; entonces yo pongo una nota y pruebo… y pongo otra nota y acá no, y vuelvo a probar, y sigo hasta que ese segundo sonido me suena bien en conjunto con el primer sonido, y lo mismo con el tercero. Y así armo acordes de cuatro o cinco notas. Realmente una cosa muy artesanal.

MUNDO TEATRAL: La verdad que al haber visto la obra, pensé que tenías una formación musical.
MAURO DEBANS: No, no. Como te dije, a mí esto me da como mucha vergüenza, por respeto a esas personas que estudian toda su vida música. Yo sólo estudié un año de guitarra.

MUNDO TEATRAL: ¿Y qué estudiaste a parte de ese año de guitarra?
MAURO DEBANS: En principio estudié teatro. Luego me formé en un colegio industrial y me pasé toooda mi secundaria noches enteras dibujando, haciendo planos!!!! [habla con voz de cansado, aunque en seguida aclara]Pero ojo! me encanta, no reniego. Después, como te dije, estudié un tiempo arquitectura y esta cosa de pre-arquitecto está buena porque te genera un especial poder de observación en los ambientes y en todo… además te permite estudiar una historia del arte que te da un enfoque muy visual de los espacios. De hecho yo vine acá a Bs. As. con la idea de estudiar arquitectura, pero cuando volví al tablero así, duramente y extrañando tanto el teatro, dije: no! Yo necesito algo que me de tiempo, y qué mejor que el cine que tenés todas estas disciplinas juntas: maquillaje, escenografía, vestuario, etc., etc., etc. Y si bien yo trabajo en producción en cine, allí coordinás distintas áreas y sabés un poco de todo.

Entre medio de sus palabras tan animadas, Mauro hace una pausa, toma un sorbo de su café, piensa –reflexiona- y retoma la conversación.
MAURO DEBANS: Pero mi corazoncito está en el teatro y en la música. Realmente es mi pasión la música, amo la música y amo todos los musicales que se te ocurran… me gustan todos! Me gusta mucho la música, entonces contar una historia con música para mí es lo más.

MUNDO TEATRAL: Pero evidentemente todos tus aprendizajes se ven capitalizados, ya que en “Última Noche en la Disco” la imagen está muy cuidada, tanto desde la escenografía como desde el movimiento de los actores. Entonces, ahora que vos me decís cuál es tu formación, a mí me cierran muchas cosas. Sobre todo este tema de la imagen, porque Última Noche… es una obra muy visual, además de musical. Y a todo esto se suma el sorprendente trabajo que me decís, de armar la música solito con la compu.

MAURO DEBANS: En realidad yo estoy muy sorprendido de la tecnología, porque por supuesto que todo esto después lo llevé a procesar. Si bien la mezcla es mía, yo necesitaba más elementos porque en mi compu tengo pocos instrumentos. Llevé entonces todo este material digital al estudio porque allí tenía de todo! Entonces ahí lo pulí. Primero armé todo en mi casa y luego lo fui reemplazando por sonidos más modernos del estudio. Tuve que usar mucha, mucha imaginación porque yo armaba todo con un pianito y decía: eso con violines tiene que quedar bien. Y tenía que imaginarme cómo sonaría. Y por momentos sentí que tenía mucha suerte porque cuando reemplazaba con lo que imaginaba, sonaba bien, sonaba como yo lo había pensado.

MUNDO TEATRAL: ¿Y cómo fue la búsqueda –y el hallazgo- de los actores?
MAURO DEBANS: Tenía alguna gente en vista y también hice un casting. Pero también con esto siento que tuvimos suerte porque la protagonista (Julieta Squeri, que hace el papel de Sonia) es una compañera mía, es recepcionista en una de las productoras en la que yo trabajé mucho. Y ella me invitó un día a escucharla, porque cantaba con una banda y también me dijo que estudiaba teatro. A pesar de que tenía muy poca experiencia, cuando la vi cantando me sorprendió el dominio que tenía en escena, y ahí dije: ella puede ser Sonia. Vi otras personas, pero esta Sonia era la que más me convencía, porque Sonia tiene que tener ángel, y ella lo tiene. Y así fue que quedó. Además es impresionante el profesionalismo que tiene, trabaja con mucha responsabilidad. Va a llegar muy lejos porque labura mucho.
Igualmente tuvimos mucho problema con el casting, porque caía gente del musical, muy impresionante, muy buena, pero yo lo que quería era que fueran actores que en algún momento canten algo, no esperaba que se paren en el escenario y canten como en un musical tradicional. Y la apuesta era que no iba a haber coreografía. La idea era que cantaran mientras actuaban: escribiendo, sentados, caminando, parados…

MUNDO TEATRAL: La idea entonces era que no dejaran de ser actores.

MAURO DEBANS: Claro. Y así fuimos armando las canciones también.
Además hubo todo un trabajo de hacer letras muy simples y básicas, porque ellos son personajes muy simples y básicos. Pero esto muchos no lo entienden.
MUNDO TEATRAL: ¿Pero por qué, qué te dijeron de las letras de las canciones?

MAURO DEBANS: Hay gente que no entiende por qué las letras son tan sencillas. Y justamente esa es la idea.

MUNDO TEATRAL: Claro, son muy cotidianas, pero ¿no te parece que justamente por eso, por ser tan cotidianas hay cosas que la gente no registra, porque no se detienen a escucharlas?

MAURO DEBANS: Exacto. Y esto de la sencillez es muy bienvenido por mucha gente y por otra no. Pero está bueno que sea así, porque creo que es señal de que nos estamos jugando por algo. Y además elegimos el pop y no el bolero, ni el tango, por decir algún género musical. A mí me gusta mucho todo tipo de música, pero tengo una atracción especial con el pop. Yo nací en el ’71 y me crié escuchando música negra de afuera, el soul… y creo que capté el espíritu del soul, el funk, todo eso… y creo que estaba bueno hablar de algo actual usando esta música porque todo eso se escucha ahora también, volvió con estos últimos años.

MUNDO TEATRAL: Y el argumento ¿se pensó así desde un principio? ¿Una historia de gente en una oficina?
MAURO DEBANS: Si, si. Esto partió de la observación. Yo estaba trabajando mucho, porque en cine uno trabaja mucho, y no hay tiempo para la vida, y te ahogás un poco, y empecé a observar que esto le pasaba a todo el mundo. Y entonces, es una obviedad decir “el dinero comanda todo”. Pero, si te ponés a pensar y decís: esto está influyendo socialmente, arma y desarma parejas, destruye otras relaciones… a mí me llamó mucho la atención, sobre todo viniendo del interior. Y también me impactó descubrir (mirá que pavada atómica te voy a decir!) que hay gente ambiciosa y que no le importa nada ni nadie. Yo sabía que el malo de la película existía, pero lo vi concretamente. También esta cosa de la fugacidad de las relaciones, de la soledad. De las parejas y las rupturas. Eso también me alucinó.
Creo que el tema tiene que ver con mi crecimiento. Yo tuve que dejar mi casa, yo vivía en La Pampa con mi papá y mi mamá y vine acá y me encontré con todo esto; y yo también empecé a tener mis desengaños amorosos; y yo también empecé a sentir esto de la plata. Y eso que yo he tenido suerte! porque cuando vine acá lo que quería era trabajar en cine y lo logré y nunca más paré. Pero en las productoras de cine están estas oficinas y hablando con gente te cuentan realidades de las otras oficinas.

MUNDO TEATRAL: Entonces había una intención de reflejar esa realidad de alguna manera.
MAURO DEBANS: Si, si, había una intención. A mí me parece desmedidamente ambicioso decir “quiero retratar la sociedad actual”. Pero dije: desde lo que pueda y aunque sea hacer una pizca, lo haré. Y mi ambición es, en lo profundo, que la gente lo vea, que se de cuenta de qué estoy hablando o, aunque sea, saber que lo pensaron un poco, que pararon el motor un segundito y se tomaron el tiempo para pensar un poco las cosas.

MUNDO TEATRAL: ¿Y el título cómo surgió?
MAURO DEBANS: Fue todo un tema. Por un lado yo quería que a la gente le “pinte” otra estructura, porque si vos decís que es un musical y decís que se llama Última Noche en la Disco, ya uno se puede dar cuenta de que por el lado de Pepe Cibrián no va a venir.
En principio, al ver el título, ya vos pensás que algo de pop o de música disco tiene que tener y dudás de que vaya a tener un tema de amor… a lo sumo puede tener una baladita. Entonces yo lo he querido orientar por ese lado, porque nunca lo quisimos poner como “comedia musical”.
Y por el otro lado queríamos poner un título que proponga un pequeño esfuerzo cuando uno lo ve. La gente lo puede captar de distintas maneras. Yo lo que creo es que en esa última noche todos pegan un madurón de golpe (los personajes), crecen de golpe. Yo siempre digo que “última noche” tiene que ver con el fin de la diversión vana, estéril, tiene que ver con crecer.
A su vez, cuando uno está mirando la obra, se olvida por momentos del título, hasta el momento en que se dice: “sabés qué? Esta noche voy a bailar, voy a una disco, y es la última noche”. Y a partir de ese momento al personaje le van “cayendo los cospeles”.
Y por último, si uno se va a la casa y sigue pensando qué tiene que ver el título, también está bien. Pero no me quise hacer el moderno.
Por otro lado, como la acción es tan cotidiana, cualquier otro título que pusiera no iba a ser interesante. Por ejemplo. Si yo le hubiese puesto “atrapados”, con esa situación en la oficina, ni bien empieza ya te vas al baño… (risas) Tenía que ser un título que de alguna manera te lleve hasta al final, porque es tan obvio todo lo que sucede, que el título tenía que llevarte a otro lugar.

MUNDO TEATRAL: ¿Y en qué momento pusiste el título? ¿Antes o después?
MAURO DEBANS: Después, después, porque desde la idea original hasta esto, fueron cambiando las cosas en la historia.

MUNDO TEATRAL: ¿Y cómo sigue esto?
MAURO DEBANS: Por ahora seguimos todo junio en el Chacarerean, los días miércoles, y venimos bastante bien.

MUNDO TEATRAL: ¿Y mientras tanto? ¿Estás con otras cosas?
MAURO DEBANS: Estoy trabajando con largometrajes y publicidad.

MUNDO TEATRAL: Siempre en producción.
MAURO DEBANS: Si, si. No me interesa la dirección en cine y me han hecho propuestas para trabajar como asistente de dirección, pero no acepté.

MUNDO TEATRAL: ¿Por qué?
MAURO DEBANS: Porque la dirección en cine es muy, muy técnica. En cambio el teatro es la transpiración arriba del escenario, estar ahí sufriendo con el actor.

A Mauro se le ilumina la cara cuando habla del teatro, se entusiasma, se apasiona. En cambio, cuando se refiere al cine, su tono de voz se hace más frío.

MAURO DEBANS: En cine todo es tan frío!!! Hacés una escena ahí y después para la otra escena tenés que cambiar todo de lugar. O una toma hoy, y continuar mañana y volver a peinar igual, la misma luz, el mismo ambiente, y no es así, ya no es el mismo, no hay continuidad… es como todo muy frío.
En cambio la cosa de pelearla ahí arriba que tiene el teatro, para mí no tiene precio. Y estás vos con los actores. En cine hay 500!!!!! Entre el actor y el director hay mucho.
Así que ahora estoy trabajando. Y siempre digo: el cine me da de comer y el teatro me lo quita y yo feliz. No puedo no hacerlo. Siento que es lo que tengo que hacer, lo que está en mí. Cada escena de la obra es como que me vienen. Siento que lo tengo que hacer.

MUNDO TEATRAL: ¿Cómo te surgió, entonces, lo del teatro con música?
MAURO DEBANS: Lo único que puedo decir sobre la música es que mi mamá era profesora de música. Pero en mi casa nunca hubo piano. Siempre había discos, discos y discos. Ahora, mientras mi mamá estuvo embarazada de mí, trabajó; entonces yo digo que de ahí viene la pasión por la música, como que me estuve incubando con la música. Y después, como te dije, de chiquito hacía escenarios con los ladrillitos y hacía escenografías. Y después iba al cine y cuando volvía escribía pequeños guioncitos (tengo cosas guardadas que hacía a los seis años). Y después me gustaba mucho el circo y reproducía cosas que veía allí. En la primaria hacía cuentos, y luego los llevaba a la escuela para que los leyeran los chicos. Y después tuve pasión para dirigir: con mis primos hacíamos obritas chiquititas después de comer y yo era el que los mandoneaba (risas).

MUNDO TEATRAL: Pero alguien te llevaba a ver esas cosas.

MAURO DEBANS: Si, mis abuelos. Una vez con mi abuelo rompimos un espejo para hacer una bola de cristal y colgarla arriba del escenario…

Lo que el abuelo no sabía era que, Mauro, el pequeñito, llegaría un día a hacer de sus juegos de niño una prometedora realidad profesional.