Conversaciones con Mamá ( Mar del Plata)

Por Fabián D´Amico

La receta es simple pero el resultado es magnífico. Emoción y ternura en dosis precisas, diálogos chispeantes sin dejar de ser profundos, una buena dosis de humor, ingredientes y materias primas de primera calidad y un cheff que conoce a la perfección los materiales con los que trabaja. Un plato exquisito e ideal para el consumo del público de verano. Una metáfora culinaria precisa para graficar lo que significa Conversaciones con Mamá, pieza basada en la película del mismo nombre dirigida por Santiago Carlos Oves, que se representa en el teatro Corrientes de Mar del Platal luego de su suceso en Capital Federal.

Este producto, que se originó para representarse en teatro, se transformó en un film protagonizado por China Zorrilla, Eduardo Blanco y Ulises Dumont .El suceso de la película en España abrió la posibilidad que el texto se lleve a escena en una versión del español Jordi Galcerán, a la cual Fernando Castets argentinizó.

Un hombre cincuentón pierde su trabajo, está a punto de divorciarse y la relación con sus hijos no es la mejor. La única salida a su debacle económica es vender el departamento, donde vive su octogenaria madre, que es un bien ganancial. La visita inusual a la casa donde habita la anciana despierta sospechas. Como dice el refrán “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, la moderna y jovial “viejita” sospecha cual es el motivo de la llegada de su hijo y cambia continuamente el sentido de la conversación. Esos desvíos son los que traen al presente viejos recuerdos, algunos dulces, otros dolorosos que son el sostén dramático de la obra con un desenlace onírico y de pura emotividad.

Sin una dramaturgia profunda ni pretensiones intelectuales, en donde priman los sentimientos, la nostalgia y las relaciones humanas, Conversaciones con Mamá tiene un terceto de lujo (actores y director) que lleva a la comedia de lo hilarante a lo dramático en solo una escena y que el público, necesitado de este tipo de obras que recuerdan a las comedias de Luis Sandrini, agradece con aplausos a telón abierto y en una ovación cerrada al concluir la representación.

Pepe Soriano continúa creando seres tan queribles como precisos. Luego de su anciano gruñón en Visitando a Mr Green y un difícil personaje creado por Miller en El precio, la mamá de esta pieza es entrañable. Soriano da vida a una criatura deliciosa con infinidad de recursos y pocos elementos externos. Una peluca blanca, un par de vestidos, uñas pintadas como único gesto de femineidad que maneja hábilmente sin caer en ningún momento en lo grotesco o la caricatura. Una madre o abuela como la de cualquiera de nosotros, con sus achaques, mañas y sabiduría, dando el actor una clase de teatro y su personaje, una de vida.

Luis Brandoni construye su rol desde la desazón, la pesadez de sus problemas y de una existencia plagadas de ausencias más que presencias (son memorables las escenas donde rememoran la relación madre-padre-hijo). Una actuación contenida, íntima, plagada de climas y matices que van dando forma a un rol que Brandoni ejecuta de manera brillante.

El terceto de talentos se completa, o inicia, con la dirección de Santiago Doria. El director conoce este tipo de piezas con emoción y diversión en dosis parejas, donde potentes personajes protagónicos brindan mensajes finales optimistas sin llegar a ser demagógicos o rosas. En Conversaciones con Mamá alcanza el mismo nivel de excelencia que en sus puestas de Visitando a Mr. Green, Camino a la Meca y otras exitosas piezas nacionales y extranjeras. Trabajo con grandes actores, marcaciones precisas y puestas ágiles son la marca registrada de este director, sostenida por una plástica escenografía de René Diviu que muestra el presente del departamento y el pasado de un patio de antaño, bellamente iluminado por Jorge Pastorino.

Una comedia emotiva, actuaciones para el recuerdo y dosis de nostalgia sin caer en lo lacrimógeno crean una de las propuestas artísticas más plausibles de la actual temporada teatral marplatense.