Forever Young

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Por Fabián D´Amico

Divertimento musical plagado de gags, humor negro y mucha ternura. Acertada dirección de Daniel Casablanca y destacado elenco.

La opera y los musicales son siempre materia de debate a la hora de priorizar la importancia del texto sobre la partitura y el virtuosismo de los cantantes. No se puede negar que desde cualquier lenguaje utilizado (música, danza o teatro) lo trascendente es la historia que se pretende contar. Cuando la historia es menor y el libreto casi inexistente, el resultado de un producto teatral peligra o naufraga. Pero siempre hay casos excepcionales y Forever Young es uno de ellos.

Buenos Aires. Año 2050. Un grupo de actores ancianos alojados en una residencia pasan sus días entre recuerdos de épocas pasadas. El orden estricto y las marcaciones militares de una enfermera déspota rigen sus vidas. Cuando ésta cierra tras de si la puerta del salón donde se reúnen a diario, las evocaciones de sus éxitos, peleas y canciones se apoderan de la escena. Un viejo actor de musicales, una cantante malhumorada, un matrimonio que recitan persistentemente diálogos de clásicos del teatro universal y un rockero que mantiene un estilo dark a pesar de la edad, forman este particular universo.

La música es la variable que les permite volver el tiempo atrás y evadirse del presente rutinario. Desde el piano, un senil músico desgrana conocidas melodías de antaño que toda la trouppe canta y baila de manera fervorosa hasta que la puerta se abre nuevamente y la enfermera los trae a la realidad.

Una historia mínina, diálogos que poco colaboran al desarrollo de la trama pero cientos de acciones en base a lo físico y el gag que hacen posible el disfrute del juego que nos proponen. Un juego teatral y musical donde las actuaciones y la dirección logran sortear cualquier escollo dramatúrgico.

Daniel Casablanca plantea una puesta minuciosa desde los movimientos y desplazamientos físicos y espaciales, dándole una preponderancia fundamental a los chistes visuales- pasando de durísimo humor negro a momentos de emotiva ternura- pero sin descuidar el perfil de cada personaje y sus características que lo hacen propio. Trabajo sostenido y potenciado por el excelente maquillaje de Lorena Angeletti, Silvina Rozas y Mariela Rosa y la coreografía de Elizabeth de Chapeaurouge.

Otro factor positivo de Forever Young es la versión local. Si bien el musical es de origen Noruego adaptado por el grupo español Tricicle, el espectáculo que se ve en Buenos Aires tiene muchos guiños propios. Si bien se mantiene la base musical de origen (Queen, Eurythmics, Alphaville, The Rolling Stones, Bob Marley, The Beatles, Bob Dylan, Nirvana) se incorporan temas relacionados con la historia personal de los protagonistas de la obra. Es así que se escuchan temas de telenovelas, de Mina, tangos, milongas y un festejado medley de rock nacional.

Un talentoso elenco de figuras del musical argentino (Omar Calicchio, Martin Ruiz, Melania Lenoir, Germán Tripel, Gimena Riestra, Ivana Rossi, Walter Canella y Andrea Lovera) da vida a estos disparatados ancianos que no son más que una particular visión de cómo serán ellos mismos dentro de 50 años. Una obra coral en donde cada personaje tiene su momento de destaque pero donde la acertada dirección de Casablanca potencia el trabajo grupal en beneficio del resultado final del show.

Gags, humor negro y conocidas canciones son la clave de este divertimento musical donde se derriban, con muchas sonrisas y una patina de ternura, muchos de los prejuicios sobre la vejez.