Gabriel Goldman: un músico para descubrir.

Por Paola Rompato

Entrevista realizada a Gabriel Goldman por Paola Rompato.

La producción fotográfica es de Estudio Bottazzini - Scherbacoff

Quizás el nombre de Gabriel Goldman no nos suene familiar. Sin embargo, es posible que mucha de su música sí haya vibrado en nuestros oídos, pues este compositor ha sido el autor de numerosas y variadas músicas que van desde incidentales para obras de teatro como “El camino a la meca”, “El libro de Ruth”, “El señor Martín” y “El cuento del violín”; pasando por musicales propiamente dichos como “Frankenstein” y “La Fiaca” e infantiles como “La sirenita”, “Hansel y Gretel” y “El príncipe feliz”; sin olvidar su participación como director musical en “Mina che cosa sei?” y en la actualmente en escena “Plumas y sangre”, entre muchas tantas obras más.
Nacido en la ciudad de Rosario hace apenas unos muy jóvenes 31 años, Goldman -Gaby para sus conocidos- ya lleva transitada una prolífica carrera profesional en la que ha realizado una treintena de obras para escena, entre música original, arreglos y dirección orquestal. Mundo Teatral tuvo la oportunidad de conversar con él y así descubrir a este talentoso compositor que, a pesar de su trayectoria, afirma una y otra vez que “aún tiene mucho que aprender”.

Mundo Teatral: ¿Cómo fue tu formación musical? ¿Qué estudios realizaste?
Gabriel Goldman: Nací en Rosario y a los dos meses me fui a vivir a Israel. Viví diez años allí y tuve una formación de chiquito, de música clásica. No mucho, pero la tuve. Toco desde los tres años. Volví a los diez años acá, a Rosario y estudié en la Escuela Nacional de Música. Luego estudié composición en la Universidad de Música de Rosario, hasta que me fui a trabajar un par de temporadas a Mar del Plata como pianista, que fue mi primer trabajo, y luego me vine a vivir a Buenos Aires. En ese momento tenía más o menos dieciocho o diecinueve años. Acá estuve estudiando siempre con profesores particulares todo lo que tuviera que ver con armonía, jazz, piano, composición, hasta el día de hoy que estoy estudiando con el Maestro Edgar Ferrer orquestación y dirección orquestal.

Mundo Teatral: ¿Siempre estuviste orientado al jazz?
Gabriel Goldman: En realidad estudié todo. No podría decirte que hoy en día soy un músico de jazz. Me adapto y aprendo y estudio en función a los trabajos que me encargan, lo cual me dio la posibilidad de aprender muchísimo. Por ejemplo, cuando hice “Canciones degeneradas” tuve que aprender todo lo que tuviera que ver con jazz y música de las décadas del ‘30 y ‘40 europea, de compositores alemanes, y para mí fue un gran aprendizaje. Cuando hice “Tango Reviú” fue mi primer trabajo en el cual tuve que meterme de lleno en lo que es el tango, para después poder destrozarlo, no? Porque era un espectáculo de humor, pero no dejaba de ser tango.

Mundo Teatral: ¿Cómo te empezás a meter con el teatro, con la música para espectáculos visuales?
Gabriel Goldman: Fue de la mano de Fabián Luca, Alejandra Radano y Diego Bros. Ellos me convocaron para el espectáculo “Tango Reviú”, hace más o menos diez años. Necesitaban un pianista que además pudiera ser medio payaso y le preguntaron a Ángel Mahler si tenía uno para recomendar. Yo justo le había dejado a él un demo y más allá de que no trabajé con él, me recomendó para este trabajo y a partir de ese momento surgió una amistad impresionante con la Radano, con Bros y con Luca.

Mundo Teatral: Y ahí no paraste más. Entonces: ¿te dedicaste al teatro porque se fue dando una rueda o porque formaba parte de tu proyecto?
Gabriel Goldman: Yo creo que lo podríamos interpretar desde otro lado.

Gaby hace una pausa y luego continúa hablando con tono firme y convincente.

Gabriel Goldman: Yo amo lo que hago. Me gusta la música para teatro. Me gusta componer y arreglar música en función a la imagen. Y si bien todo empezó casi como una casualidad, a mí me gusta mucho lo que hago.

Después de la contundente respuesta de Gaby, casi no quedan espacios para la duda: su rostro joven se ilumina cuando habla de la música ligada al teatro.

Gabriel Goldman: Te repito: me gusta mucho hacer música para la imagen y de hecho apuesto a poder hacer música para cine. Y sé que en algún momento lo voy a hacer.

A esta altura, las palabras de Goldman y su tono categórico nos hacen predecir que no pasará mucho tiempo hasta que logre componer su primera música para película.

Mundo Teatral: ¿Cómo es tu manera de trabajar? ¿Cómo armás la música para una obra?
Gabriel Goldman: Lo que te puedo contar son cosas puntuales, porque no hay una única manera de trabajar. Hubo musicales en los cuales primero me entregaron el libro, me dijeron: “esta es la letra”, y en base a eso tenía que componer, me guste o no. Después fui creciendo, fui aprendiendo y tuve la posibilidad de tomar decisiones en donde primero hice la música y luego vino la letra. También hubo oportunidades en donde dije “esto hay que rearmarlo” y se convirtió en un trabajo en equipo y eso está bueno. Pero no hay una fórmula. Con “La Fiaca”, por ejemplo, había un libro que, obviamente, es el libro de “La Fiaca”. Ahora bien, ¿cómo lo transformás en un musical a eso? Y ahí fue difícil. Entonces hicimos un trabajo de equipo en el cual trabajamos Elena Roger, Diego Ambrosio, Diego Reinhold, Anita Repetto, Ricardo Talesnik y yo. Ahí fuimos “destrozando” el libro, rescribiendo cosas, metiendo música en donde no tenía que haber… es decir: un quilombo! (risas); pero así, de esas crisis interesantes, surgen cosas interesantes.

Mundo Teatral: Es decir, hiciste también un trabajo de dramaturgia.
Gabriel Goldman: Y sí. Es que tiene que ser así. La música tiene que interpretar lo que dicen las palabras, tiene que haber una coherencia, si no, no está bien.

Mundo Teatral: ¿Y no tenés ningún proyecto propio, que sea todo tuyo, desde la letra hasta la música?
Gabriel Goldman: No, porque no escribo. Yo escribo música pero no escribo letras. Pero me encantaría… De hecho creo que el trabajo de “La Fiaca” fue eso… yo lo tomo como un trabajo muy personal en cuanto a que me gustó, me gustó lo que salió de eso... Pero mi proyecto inmediato en cuanto a cosas personales es sacar un disco con muchas músicas que yo he compuesto para teatro –tanto incidentales como de comedias musicales- y orquestarlas; es decir grabar un disco con orquesta y todo… pero todo eso lleva su tiempo!! Igualmente tengo mucha gente que me quiere y que está a dispuesta a poner el hombro para poder hacerlo y editarlo para el año que viene.

Mundo Teatral: Bárbaro! Eso está bueno porque es una manera de dejar impreso el trabajo de uno.
Gabriel Goldman: Dicen que la música de películas está bien hecha cuando la gente no puede percibir la música, es decir: cuando la música acompaña el momento pero no te distrae… no está mal eso, pero me pasó en muchas obras que la gente –creo- no se dio cuenta que había música. Y a mí lo que me encantaría es que esa música trascienda de alguna manera.

Sin dejarnos tiempo para la repregunta, para indagar más acerca de qué músicas elegiría para este disco soñado, Gaby continúa hablando sobre sus deseos.

Gabriel Goldman: Y otra cosa que me gustaría sacar es un disco con la música que hice para espectáculos infantiles. Hasta ahora no se pudo hacer porque siempre hubo cuestiones económicas que lo impidieron... que la producción, que esto, que el otro, que es muy difícil trabajar con músicos en vivo… qué se yo! Pero me parece que estaría bueno imprimir las músicas que hice para chicos en un disco porque, bueno, me encantaría! Hay letras que me parecieron preciosas que hicieron gente como Silvia Dotta, Gastón Cerana, Andrés Bazalo que me encantaría que estén en algún lado, que crezcan.

Goldman se refiere a sus aspiraciones con un entusiasmo tan contagioso, que invita a querer saber más sobre sus proyectos.

Mundo Teatral: ¿Y te sentiste cómodo haciendo tanto música para grandes como para chicos? O, mejor dicho, ¿te sentiste más cómodo en alguna obra que en otra?
Gabriel Goldman: Yo creo que no hay diferencia. Es decir: al principio yo pensaba que hacer música para chicos iba a ser más fácil. Graaaave errorrr!!!!!! (sus palabras retumban con marcado énfasis). Los chicos son lo más puro que hay y no te mienten. A los chicos les gusta o no les gusta y siempre te lo hacen saber. Y está bueno eso, fue difícil pero me encantó. Me encanta y de hecho lo sigo haciendo. El último infantil que hice fue una versión de “El Príncipe feliz” que escribió Gastón Cerana y está buenísimo! Era re-lindo!

Ese rostro joven que se había iluminado al hablar de la música para teatro, ahora vuelve a encenderse y deviene en un rostro de niño vivaracho al recordar la música realizada para espectáculos infantiles. Luego de un breve silencio –el suficiente como para que Gaby siga pensando en sus deseos- retomamos la conversación y hablamos de los proyectos más próximos, de los que se están llevando a cabo o se están por realizar.

Gabriel Goldman: Pronto voy a hacer la música para dos cortometrajes. Uno es una versión de “La voz humana” –de Jean Cocteau- que hizo Valeria Ambrosio y lo filmó hace poco, con Elena Roger. Es como una especie de experimento y me parece interesante. Y actualmente estoy estrenando “Plumas y Sangre” -en el Hotel de Alan Faena- con Diego Bros, Alejandra Perlusky y Christian Giménez dirigidos por Fabián Luca. Allí dirijo una orquesta de siete músicos. Y después cosas que surgen, eventos y cosas que sirven para hacer plata… (risas)

Mundo Teatral: En los espectáculos que hiciste, entonces, además de compositor dirigiste a los músicos.
Gabriel Goldman: Si, claro. En los espectáculos que dirigí orquesta yo orquesté el trabajo y en los que hice la música original orquesté y dirigí la orquesta. Y el trabajo más grande -entre comillas- que hice con orquesta en vivo fue “Frankenstein”, que lo produjo Alicia Lectoure. Más allá del resultado de taquilla, yo siempre cuento que para mí fue uno de los meses más felices de mi vida, en el que tuve la posibilidad de trabajar con una orquesta de dieciocho músicos, con seis coristas –que son las cantantes que refuerzan las voces de la escena- y un elenco de vienticinco o treinta personas. Y me pareció fantástico y éramos muy unidos y había una energía muy fuerte y para mí fue muy emocionante.

Mundo Teatral: ¿Te sentís cómodo como director?
Gabriel Goldman: Coooomoooo!!!!!????? (usa un tono enfático y muy similar al que toda persona usa cuando dice “por supuesto, no podría ser de otra manera”). Y en el caso de “Frankestein”, en particular, pude dirigir una orquesta de primera, con músicos que han trabajado en todos los grandes musicales… y encima de esto tocaban mi música y tenían un reconocimiento hacia mí pues les gustaba mi composición!!!! Fue muy fuerte eso.

Mundo Teatral: ¿Qué instrumentación te gusta elegir para tus obras? Gabriel Goldman: A ver… depende de los espectáculos. En “Mina qué cosa sei?” éramos un cuarteto: batería, bajo, guitarra y piano, con violín invitado y yo tocaba también el acordeón, pero éramos básicamente cuarteto. Después en “Canciones Degeneradas” y en “Plumas y Sangre” usamos una formación más jazzística, pero le metí un bandoneón. Me pareció interesante y está bueno, le daba un color así medio argentino. En “Frankenstein” era una formación clásica, pero le agregué guitarra eléctrica, batería e instrumentos medios electrónicos…

Goldman detiene su relato y desvía su mirada, como repensando lo dicho, y luego vuelve a la conversación.

Gabriel Goldman: Me encantaría hacer en algún momento un musical de toda música electrónica… Lo que pasa que tengo que buscar el cuento, qué contar y en función a eso hacer algo… me parece muy interesante, de verdad muy interesante.

Mundo Teatral: ¿No tenés ninguna obra de concierto, una obra que no esté pensada para teatro musical?
Gabriel Goldman: mmm… no, la verdad que no… (piensa y se acuerda) si, si!!! en mis inicios (risas). Uno de mis primeros temas que hice hace mucho se llama “Cultura divina” y es un tema todo instrumental, con mezcla de música étnica, cosas de new age… pero ahora no tengo temas sólo “de concierto”.

Mundo Teatral: Entonces, donde te sentís más cómodo y a gusto, y donde “nadás como pez en el agua” es en los musicales, haciendo música para escena.
Gabriel Goldman: Lo que pasa es que yo tengo un concepto de que el teatro musical no es la comedia musical. El teatro musical es muchísimo más. De hecho siento que hay muchas cosas que todavía no descubrimos en el país, que se pueden hacer dentro de lo que tiene que ver con el teatro musical. Y además estoy a favor y soy un fiel defensor de la música con músicos en vivo y de la música en función de la imagen, me gusta mucho eso.

Mundo Teatral: ¿Estás al tanto de lo que sucede afuera con respecto al teatro musical?
Gabriel Goldman: Escucho mucha música. Me llegan muchos materiales de afuera de musicales y que no son tan conocidos y eso es interesante y aprendo mucho. Y además escucho todo lo que tenga que ver con música de películas, que de hecho es música en función de la imagen también.

Mundo Teatral: Antes señalabas que es como que no está muy valorado el tema del teatro musical ¿se puede decir, entonces, que para vos ese es el panorama actual del género en el país?
Gabriel Goldman: No digo que no esté valorado, si no que no está explotado. Es como que la gente acá siente que existe una sola forma de hacer teatro musical y me parece que no es así. Creo que hay mucho prejuicio en cuanto a cómo se hace. Por ejemplo: hay muchos que piensan que la música es buena si salís tarareando del teatro una melodía –entre una de las tantas cosas. Si sucede, está bárbaro, pero yo creo que no es así.

Mundo Teatral: ¿Y vos no pensás que eso tiene que ver con que al público argentino le llegaron algunas cosas y otras no?
Gabriel Goldman: Yo creo que tiene que ver con un montón de cosas. Yo creo que tiene que ver con que estamos en un país en el cual es muy difícil hacer teatro y es muy difícil hacer teatro musical, seriamente hablando, porque hay buenos productores pero son pocos y lo que producen son cosas en función al marketing y a que la gente vaya. Y hay cosas que se pueden hacer, que son preciosas pero quizás no tan marketineras. De hecho lo que estamos haciendo con “Plumas y Sangre” es definitivamente teatro musical, porque son canciones con historias y se está haciendo en un lugar con capacidad para setenta personas de público. Y eso no quiere decir que no se pueda hacer… No todo tiene que ser para mil personas… está bien que eso exista y lo respeto, pero creo también que hay un montón de otras opciones que en este país son muy difíciles de hacer, porque es muy difícil solventarlo y para hacerlo bien, hay que solventarlo. Hay muchos músicos que están haciendo teatro musical, y que componen y que es todo a pulmón… hay cosas que nos pueden gustar y cosas que no pero está bueno empujar y apoyar. Yo crecí desde mis equivocaciones y desde mis errores y fui estudiando y fui aprendiendo. Y todo eso fue porque tuve la posibilidad de hacerlo. Entonces yo creo que hay que apoyarlo y que es necesario que nos apoyemos entre todos, entre los músicos, los compositores…

Mundo Teatral: ¿Ves algún intento de apoyar a este teatro musical independiente?
Gabriel Goldman: Veo mucha seriedad de parte de los músicos y de los compositores... Hay una gran colaboración y una gran solidaridad de parte de ellos. No lo veo mucho del lado del ambiente… lo digo con la mejor leche y con la mejor predisposición! pero creo que nos hemos lastimado mucho y esto hay que revertirlo, porque de esa manera nos apoyamos y es la forma de lograr que el género crezca. Ojo! Esto sucede también en Londres y en Nueva York, lo que pasa que allá hay gente que puede solventar y los productores –según tengo entendido- tienen seguros contra fracasos entonces, si algo no les salió bien, hacen otra cosa. Aquí eso no sucede y entonces todo se hace mucho más difícil. Hay gente que pone lo último que tiene para poder concretar su sueño.

Sentado en una de sus sillas de trabajo, rodeado de teclados, piano acústico, maquinitas y computadoras, Gaby Goldman continúa hablando acerca del panorama actual del teatro musical independiente. Manteniendo su aire juvenil y su tono calmo y sereno, cuenta que es admirador de Danny Elfman “es el compositor que hizo la música para las películas de Burton!” –dice- y señala con orgullo la remera que lleva puesta, que tiene el afiche de la película “The Nightmare Before Christmas”, de Tim Burton. La charla se extiene, se intercambian opiniones sobre música y músicos argentinos. Hacia al final, y ya casi cuando nos íbamos, sólo por curiosidad le preguntamos: “Gaby, das clases?”. Y sin dudarlo, usando el tono firme y categórico que ya había utilizado al hablar de su amor por el teatro musical, responde: “No!!!!!!! Todavía me falta mucho por aprender”.