La diva y el pebete

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Por Fabián D´Amico

Que me has hecho vida mía es un cautivante relato sobre el ascenso y caída de una actriz en la década del 40 y sus vinculaciones con el poder de turno. Excelencia creativa en todos y cada uno de los rubros que componen el espectáculo.

Una lujosa cheslón está ubicada en el centro de la escena sobre un piso de fino roble. Apenas iluminada se distingue una figura femenina recostada en el sillón enfundado en un desabillé cuyo color y textura hace juego con las sandalias de pluma que calza. A medida que se ilumina la escena, pueden distinguirse otros dos lugares primordiales e icónicos donde se desarrollará la acción: un antiguo micrófono de pie y cercana al mismo, una mesa de efectos de sonidos ejecutados por un anónimo personaje. El habitad de una estrella, su lugar de trabajo y el micrófono como elemento de comunicación y de perdición. Estamos en presencia de Fanny Navarro, una figura de radioteatro que se convertirá, con el correr del tiempo y de la acción dramática en escena, en emblema de la rama femenina del peronismo, de la decadencia del mismo y de las consecuencias por creer en un ideal de manera ferviente y/o fanática.

La debacle personal y política de Navarro es lo que muestra Diego Lerman, Maria Merlino y Marcelo Pitrola desde la dramaturgia, dirección y actuación, creadores de Que me has hecho vida mía. Concebida como un relato melodramático o folletinesco propio de los radioteatros de los años 40, la obra es una combinación preciosita y equilibrada entre un biodrama y un capítulo de una radionovela de época, con apostillas a viejos avisos radiales de productos ya inexistentes y boleros y reconocidas canciones románticas. El ascenso de la joven figura de la radio y teatro, junto con el romance de Juan Duarte, el acercamiento a Eva Perón, la revolución libertadora y la caída en desgracia de Navarro esta dosificado está narrado en primera persona por Merlino con una fuerza arrolladora y con una excelente marcación desde la dirección.

Merlino conmueve con su creación de Navarro. Una conmoción no vinculada al llanto sino al asombro que causa un dibujo tan acabado del personaje. Su entonación que rememora ciertos modismos de época- en momentos es imposible no recordar a Nini Marshal- se contrapone con su elegancia en los movimientos y su frescura al entonar clásicos del cancionero popular argentino hasta llegar a un clímax de desamparo y abandono total en una dramática escena final. Un excelente trabajo actoral que encuentra en Lerman un compañero ideal y quien utiliza para movimientos corporales de la actriz, recursos de la fotografía fija y crea así imágenes tan bellas y cercanas a los retratos de Annemarie Heinrich. Una puesta en escena con una delicada estética donde las luces sepia de Fernanda Ballcels y el vestuario de Valentina Bari acompañan de manera efectiva.

Mención especial merece Joaquín Segade, encarnando al encargado del sonido, aunque en verdad, tanto el sonido como quien lo ejecuta son tan protagónicos como la misma Merlino, siendo sostén y generador de climas logrados tanto desde su presencia en escena- imborrable imagen de Eva Perón- como desde el fuera del campo del sonido.

Que me has hecho vida mía abre el juego para sumergir a la audiencia en un pasado donde farándula y poder político convivían dentro de límites muchas veces permeables e invasivos, con historia bien narrada, una actriz cautivante y una puesta plagada de color sepia, que cautiva y subyuga a los amantes del buen teatro desde hace varias temporadas.