Las colegialas que no cumplen años

Por Rómulo Berruti

En 1992, Helena Tritek dirigiendo, Norma Aleandro y Adriana Aizenberg actuando, hicieron un éxito más que merecido con Las pequeñas patriotas.

En 1992, Helena Tritek dirigiendo, Norma Aleandro y Adriana Aizenberg actuando, hicieron un éxito más que merecido con Las pequeñas patriotas, una parodia escolar desopilante. Uno de sus méritos era la malicia con que esas nenas de guardapolvo blanco y escarapela al pecho satirizaban las malas prácticas de los adultos que gobiernan. Otro, mucho más obvio, fue la calidad de las interpretaciones, sencillamente memorables. Bueno, no han crecido catorce años. Allí siguen con siete, ocho, nueve o los que ustedes quieran, cantando los temas patrios, bailando el carnavalito y los sones del arpa paraguaya, exaltando hasta el delirio los símbolos de la argentinidad.

Esta vez el escenario es el Maipo, un ámbito donde el juego de las pequeñas patriotas se desarrolla con nítida llegada al público. Por lo que recordamos, la propuesta no ha variado mucho. En cambio nos traiciona la memoria en lo que hace al pianista, pero lo cierto es que Hermida, mezcla de músico y maestra implacable en esta versión, se ganó varios aplausos aunque no estuvieran la actrices en escena. Norma Aleandro y Adriana Aizemberg vuelven a dar una lección de sutileza. Lejos de embarcarse en la mera caricatura infantil -que podría resultar boba, chapucera y de vuelo bajo- actúan los clichés escolares no saboteadas sino amparadas por sus verdaderas edades. Todo tiene gracia y la mano firme de Helena Tritek marca los tiempos exactos de cada número y controla con celo la duración general, que no llega a los sesenta minutos.

Por otra parte, el doble fondo de la intención que atesoran varios gags no perdió ni un miligramo de su eficacia pretérita, porque los blancos elegidos siguen allí ofreciendo su centro para el impacto. Sin duda una buena idea de Lino Patalano para su temporada 2006.-