Nicolás Guerschberg y Gustavo Musso

Por Paola Rompato

Una perfecta intersección.

El Bar de La Revuelta comienza su noche de jueves con mesitas de impecable mantel blanco y velas de luz tenue, aromas exquisitos de ricas comidas, sabrosos tintos aterciopelados y frescos blancos cristalinos, un piano en el centro del salón y un atril a su lado… Todo está listo y todo anticipa una agradable velada, una velada que se torna aún más atrayente al saber que pronto, ocupando el centro de la escena, estarán Nicolás Guerschberg en piano y Gustavo Musso en saxo, deleitándonos con Intersección, su nuevo trabajo discográfico que presentarán todos los jueves de abril en el bar de Álvarez Thomas.

Hace un largo tiempo que estos dos jóvenes comparten tareas musicales, pues ambos son integrantes del sexteto de jazz Escalandrum. Si embargo, en esta oportunidad se abrieron un nuevo camino y decidieron lanzarse hacia un espacio más intimista, explorando la musicalidad que ofrece el dúo saxo-piano.

A lo largo de los temas que forman parte del disco, queda expuesto una vez más el gran caudal compositivo de Guerschberg ya que –a excepción de la maravillosa versión que el dúo hace de Oblivion, de Astor Piazzolla- las obras escuchadas son de su autoría y permiten ver claramente el estilo particular del pianista, en el cual todas las músicas que atraviesan su vida se hacen propias, se amalgaman y entonces lo urbano, lo tanguero, lo folklórico, lo académico, lo impresionista y lo jazzístico se funden, dando lugar a las composiciones de Intersección.

Pero esta confluencia no sólo se refiere a las acertadas combinaciones de elementos musicales, sino que también tiene que ver con la ejecución, con las necesidades personales de los dos músicos de apropiarse de un espacio común y explorar nuevas sonoridades en la intimidad del dúo. Sin ostentaciones, a partir de la simpleza, pueden verse las virtudes interpretativas de ambos, especialmente de Musso que en reiteradas oportunidades debe atravesar genuinos momentos de virtuosismo muy bien resueltos, explotando con un particular cálido vigor la riqueza tímbrica de su instrumento.

El encuentro, el empalme, la confluencia, el punto común a dos líneas que se cruzan, eso es la alianza Guerschberg-Musso: un espacio en donde la individualidad de cada uno se manifiesta a partir de la unión de elementos comunes, a partir de la perfecta intersección de dos personalidades musicalmente talentosas.