Pan y circo

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Por Fabián D´Amico

Coach es una efectiva comedia sobre la construcción de la imagen pública de un político con acertada dirección y actuaciones protagónicas.

El coaching es un entrenamiento personalizado realizado por un asesor especializado o comúnmente llamado “coach”. El propósito de tal práctica es conseguir un objetivo específico. Es una relación profesional entre dos personas basada en consejos, guías y estímulos para afirmar ciertas debilidades. La motivación, los desafíos y poner frente de otro una realidad que no se quiere o pude ver son los motores fundamentales del coach. Los deportistas, los artistas y en especial los políticos hacen uso de esta herramienta, estos últimos para ejercer con mejores recursos el liderazgo político.

Esto se ve reflejado en Coach, la pieza del español Jose Glusman que pude verse en el Teatro de la Comedia. Un ministro que se “tilda” frente a las cámaras de televisión debe revertir ese miedo. Para ello, su secretaria- y amante- contrata a un actor (de izquierdas y con fuertes convicciones y creencias) para que adiestre a este representante de un partido conservador en su ascendente carrera política.

El primer encuentro entre ambos personajes deja marcada sus diferencias tanto sociales, políticas, culturales y económicas. Pero los dos tienen necesidades a satisfacer-uno vencer el temor, el otro pagar sus deudas- e intentan dejar de lados esas grietas y luchar en pos del objetivo propuesto. Comienza así una serie de encuentros entre desopilantes y melancólicos donde el actor intentará vencer la barrera comunicacional del político y éste, tal vez sin querer, cambiará la mirada romántica que tiene el coach sobre el mundo. El tercer elemento omnipresente en la trama es la secretaria, un rol secundario pero con fuerte influencia entre los hombres y en el desenlace de la pieza.

La comedia de Glusman es tan eficaz como previsible, con los roles protagónicos bien dibujados y una trama que se torna interesante a lo largo de la representación por la adaptación bien argentina y gracias a los trabajos de los actores. Un tema, tan en boga hoy en día en nuestra sociedad, reflejado con humor, ironía y un toque de sarcasmo, en donde todos quieren mostrase de una forma distinta a la realidad, aunque nadie sabe en verdad cual es esa realidad.

Manuel González Gil conoce bien del género y le otorga un ritmo ágil a la obra, y junto a Martin Bianchedi con sus aportes musicales, logran brindarle una pátina de “pan y circo” a la puesta tan requerida por el texto.

El punto fuerte de Coach son las actuaciones masculinas. Pablo Alarcón realiza una composición llena de matices, con un manejo preciso de la comedia en los momentos de sus clases de teatro al político y escenas efectivas cuando debe apelar a la emotividad. En un rol más lineal pero con excelente interpretación, Manuel Callau apela a todo su profesionalismo para dotar a su político de la carnadura humana que su papel requiere y que está escondida debajo del protocolo gubernamental. La química entre los actores es plausible y logran arrancar carcajadas en muchas de las escenas compartidas. Coni Marino desarrolla un correcto trabajo dentro de las posibilidades que su rol le brinda.

Coach es una agradable comedia que nos posibilita ver el lado oscuro- o verdadero- de los políticos dejando en claro que todos tenemos un precio en la vida y que como dice el refrán popular “por la plata baila el mono”.