Sin Elsa Berenguer

Por Rómulo Berruti

Tenía 74 años y fue inhumada casi de inmediato en el Panteón de Actores, sin velatorio a su pedido.

El teatro argentino se quedó sin Elsa Berenguer, fallecida el sábado 29 en su casa, vícitima de un colapso coronario, remate de un antiguo quebranto de su salud.

El teatro argentino se quedó sin Elsa Berenguer, fallecida el sábado 29 en su casa, vícitima de un colapso coronario, remate de un antiguo quebranto de su salud. Tenía 74 años y fue inhumada casi de inmediato en el Panteón de Actores, sin velatorio a su pedido. Su presencia fue constante durante más de cuatro décadas en los escenarios oficiales, comerciales e independientes, donde impuso una fuerte personalidad interpretativa y patentó un tono cascado y especialísimo de voz que la identificaba de inmediato. Así como el complejo San Martín albergó muchas veces su talento -la última, en la versión de Sturúa de La resistible ascensión de Arturo Ui, de Brecht y hace seis años una versión de El viejo criado, de Cossa, dirigida por Villanueva Cosse, donde componía a Madame Ivonne- la escena profesional supo buscarla para desafíos diversos. Uno de ellos, muy llamativo por la índole de la propuesta, en el Odeón con dirección de Alberto Ure para La reina blanca, donde brillaba la ambientación del luego premio Oscar Eugenio Zanetti. No hace mucho estuvo en la resurrección de La nona como comedia musical. En el teatro alternativo hizo de todo, siempre imponiendo gran calidad escénica: Cien veces no debo, de Ricardo Talesnik; Jugar a partir, de Jorge Grasso; El malentendido, de Albert Camus. Son sólo algunos títulos emblemáticos de una carrera impresionante en cantidad y calidad. El cine también recurrió muchas veces a esta notable profesional y la vimos recientemente en Cama adentro, de Gaggero, como una de las amigas de Norma Aleandro. Antes, fué una de las estafadoras de Nueve reinas y más atrás, Hay unos tipos abajo, El acompañamiento, El visitante y Los insomnes.

Nos dejó un gran actriz, estudiosa y maestra de actores casi hasta el final. Para quienes además fuimos compañeros de ruta en el largo camino, partió también una gran amiga.