Un histriónico bataclano

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Por Fabián D´Amico

Desbocado permite el reencuentro con el viejo café concert de la mano de una descollante actuación de Leandro Gazzia.

Poner rótulos o etiquetas a espectáculos puede llegar a ser molesto aunque genera un orden previo necesario al momento de elegir entre varias propuestas. Desbocado, el show estrenado en Chacarerean y protagonizado por Leandro Gazzia juguetea con el café concert y el music hall en partes iguales.

Una cámara negra, un piano, un alto taburete y dos interpretes. Aparecen en la oscuridad, se acercan al centro del escenario, se saludan y cada uno toma su lugar. Santiago Rosso al piano y bajo un haz de tenue luz Leandro Gazzia. Comienza la presentación del show con sabor a algo conocido, como si ese número se hubiese visto con anterioridad. Cuando el protagonista explica su intensión de homenajear a grandes del género como Gasalla o Perciavalle, todo se torna más claro para quienes vivieron esa época y el binomio Guevara-Favero cobra vida nuevamente en Desbocado, tanto en estilo como de boca del propio Gazzia al referirse a Nacha Guevara como su “musa inspiradora”.

Un pianista y un cantante con un timming especial y un contrapunto particular recrean, a lo largo de la gala, muchas de las canciones emblemáticas de la pareja como “Culo y Tetas” “De que se ríe Ministro” “Los Boludos”, con letras adaptadas para un cantante varón y con toques de actualidad muy certeros. Un trabajo de libro y letras eficaz que devuelve al café concert esa cuota de humor político tan ausente en los escenarios porteños de esta última década y más efectivo aún en épocas de elecciones.

El humor ácido e irónico al unir en un número todas las frases que las mediáticas famosas dijeron en programas de chimentos, el juego risueño entre el pianista cantando a Benedetti y Gazzia mencionado los romances del jet set vernáculo , una cortina propia de la revista porteña como lo es una entrevista a la Argentina para que acceda a formar parte de los países del primer mundo y un cuestionado paso de comedia de un chat entre una menor y un pedófilo, conforman los cuadros humorísticos del espectáculo. Pero hay en el show momentos para la reflexión y climas íntimos bien logrados por la dirección de Federico Brunetti

Una de las tantas acepciones de la palara desbocado dice “Que no tiene contención o control” o “Acostumbrado a decir palabras indecentes y ofensivas”. Nada de esto ocurre en este Desbocado. Brunetti logra contener la energía desbordante de Gazzia y posibilita que éste se luzca en todo su esplendor. Gazzia se autodefine en una de las canciones originales del espectáculo como un “bataclano” y es eso lo que ofrece. Una mezcla perfecta entre canto, actuación y baile con el único propósito de entretener, aun llegando a límites cercanos a la caricatura como lo es su performance en el “Tango masoquista” resuelto con gracia y mucho oficio.

Una noche de mucho talento y diversión. Talento de los homenajeados, talento de quien realiza ese homenaje y sobretodo el reencuentro con estilo difícil y “border” de hacer teatro pero ejecutado con altura y profesionalismo.