Una gran oportunidad

Por Rómulo Berruti

Primer Festival Nacional del Sainete, recuperación de un género fundacional y decisivo de la escena argentina.

En el teatro Astral tendrá lugar el Primer Festival Internacional del Sainete, recuperación de un género fundacional y decisivo de la escena argentina. Abrió con una verdera fiesta popular, la sala –tan intimidatoria por su gran capacidad- repleta de gente de teatro y público. El escenario, con , Pepe Soriano, Héctor Gióvine, Jorge Ochoa, Víctor Hugo Vieyra, y muchos más dando vida a personajes que son patrimonio entrañable de la cultura rioplatense. La noche siguiente, aunque con menos gente porque no estaban los invitados especiales, permitió recuperar un monólogo de Parravicini, en el histrionismo de Víctor Laplace y el mundo extraordinario de Babilonia, de Armando Discépolo en una puesta de Roberto Castro que acentuó la caricatura y luchó contra desniveles notorios en el elenco, pero arrancó las mismas risas y el mismo suspenso de hace ochenta años. También, ver y oír a Virgina Lago en un poema de Villoldo. Habrá más textos -Vacarezza, Florencio Sánchez, Roberto Cayol, José González Castillo, Roberto Cossa- y autores nuevos que no arrugaron ante el desafío de escribir sainete, tan pintoresco, pero también tan difícil. Y muchos más intérpretes. Y casi veinte directores. Como grandes convocados, China Zorrilla, Jorge Ginzburg, Leonor Manso, Duilio Marzio, Gogó Andreu, Gabriel Goity, Roberto Carnaghi, Juan Manuel Tenuta y sigue la lista. Más allá de lo que cada uno pueda brindar y de lo que cada texto consiga preservar de su formidable sabor original, asistir los lunes y martes al Astral tendrá el valor de un homenaje al género de donde nació casi todo. Para los jóvenes será un descubrimiento muy grato porque muchos de ellos estudian el sainete en el colegio o en los cursos de teatro. Y hasta lo leen. Pero nunca lo vieron, vivo y potente, sobre el escenario. Que es donde el teatro encuentra su verdadera razón de ser. Si se quedan en la superficie del clásico conventillo, se divertirán. Pero si buscan más abajo, casi donde se esconde la raíz del grotesco que fue su continuidad, encontrarán una máscara de dolor que implica un reclamo social. Y descubrirán solitos, sin ayuda de nadie, el puente que une el ayer y el hoy. Vayan a festival del sainete, es una gran oportunidad. Y apoyen una iniciativa costosa y complicada que debió tener fragua oficial. Pero bueno, nos deben tanto.